martes, 2 de febrero de 2016

T3 PI C8 EL GRAN HER-RÂ Y LA PRIMERA ASAMBLEA

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EL GRAN HER-RÂ  Y LA PRIMERA ASAMBLEA


"[...]  ¿Qué es esta forma de realizar un veredicto por tu cuenta? Dios insistió: "Qué Thot conste los cartuchos de Horus y le coloque la corona blanca en la cabeza!" Pero el Señor del universo estuvo en silencio durante un largo rato, irritado contra la Enéada. Seth, hijo de Nut, declaró entonces: "Que se vaya conmigo. Voy a hacerle ver que la fuerza de mi mano prevalece en su mano, en presencia de la Enéada, pues no se puede invocar ninguna disposición legal para despedirle." Pero Thot objetó: "No nos reímos por la mentira, es a Seth a quien le damos la función de Osiris ahora que su hijo Horus está presente?  Re-Horakhty entró en cólera, y, como la fuerza en Seth es grande, es al hijo de Nut, a quien Ra quería dar esta función. Onuris lamentó en voz alta ante la Enéada, diciendo: "Qué vamos a hacer?" Entonces Atum, el Gran Magistrado quien se encontraba en Heliopolis, dijo: "Envíen a llamar a Banebdjed, el gran dios viviente, para que arbitre sobre estos dos jóvenes" (9).

Papiro de Chester Beatty I, Tebas, 20° dinastía (alrededor de 1160 aC.)
  

¿Dónde estaba?  ¿Dónde podía encontrarlo? En el dominio austral, en Aria (Antártida) o en A'amenptah (Atlantis), o por E-Dilmun? La ira que me había invadido no parecía disminuir en modo alguno. Engañado, ella me había mistificado como un principiante! 
Geghu se dirigió hacia el oeste, hacia A'amenptah y sus últimos rayos de sol que son filtrados por nubes oscuras. Mi mayor debe encontrarse aquí; aquí es a donde se establece. Nunca había estado tan lejos, mis movimientos están restringidos a todo el País de la Luz hasta Sti (Nubia) y a sobrevolar el Iuter-A'a (Nilo). Yo estaba ciertamente preocupado por Meri, pero no me importaba en ese momento. El cielo estaba cubierto de nuevo y la lluvia descendió de las nubes. Bajo mis pies, las regiones del norte de Kankala (África) estaban llenas de ríos crecidos por las aguas del cielo y de las montañas. Prácticamente ninguna mina de Nebu (oro) se encuentra en estas vastas áreas. Nuestras operaciones se concentran principalmente en Sti y en el corazón de Kankala. Mi padre poseía minas en el continente de Tuwakadsi. [[1]] Estas están ocultas, y no se utilizan por ahora. Algunos depósitos de oro también se encontraron en A'amenptah (Atlantis), en sus días de gloria. 
Crucé las playas de arena que bordean el gran océano del Oeste. Geghu pasó rasante cerca las olas y sus luces iluminaron el oleaje. Yo estaba sobre Sekhet-Hetep (el campo de la paz), un rico territorio agrícola de Kankala que una vez emergió, el cual se mezcla estrechamente con Yu-Hetep (Isla de la Paz). La isla de Yu-He (Isla de combate), que era un puesto militar, ya no existe, se hundió junto con las demás. Detrás de ella, estaban los pilares de Nut, estos también, hundidos. Mucho más allá del océano estaba el dominio real de mis padres: Yu-Shut (la isla del huevo), que se derrumbó sobre sí misma... Ella y muchas otras no han resistido la prueba del Benu Celestial. Los restos de A'amenptah aparecieron en mi pantalla principal: surgieron las cumbres de Yu-Hetep (Isla de la Paz), Yu-Neserser (isla del fuego), Yu-Titi (Isla de pisoteo) y el resto del archipiélago del sudoeste que sigue en pie. Yu-Titi también representó un puesto militar; está rodeada por Yu-He (Isla de combate) y la divina Yu-Hetep (Isla de la Paz). El montículo de mi mayor, Yu-Ra (isla de Ra), se encuentra detrás de Yu-Hetep. En el archipiélago se refugiaron algunas familias de sobrevivientes humanos. Her-Ra los llama "los salvajes". Evita el contacto con ellos.  Los restos de la valerosa A'amenptah se concentraron en Yu-Ra que está en trabajo perpetuo. La reconstrucción es lenta y dolorosa.
Geghu pasó en silencio las pálidas murallas de Yu-Ra, la isla soberana. Esta es una isla bastante tranquila.  Sus orillas son seguras debido al gran número de seres humanos que tratan de incursionar en campos del Neter (dios) Ra. Djehuti me reveló que los mortales por lo general navegaban las islas de Yu-Hetep y Yu-Titi en las que ya no queda ningún Neteru (dioses), debido al pasaje del Benu Celestial y luego a la gran migración hacia Kemet. 
Mis luces se apagaron, por lo que mi nave se tornó invisible. Me posé a la distancia, en medio de un gran parque lleno de aromas embriagadores. Las linternas bailaron al ritmo del viento. El jardín fue invadido por la bruma.  El momento no era el adecuado para disfrutar del paisaje.  Impulsado por un viento persistente, la espuma del vasto océano me abofeteó la cara. Estaba frío y bajo una lluvia torrencial cuando me acerqué a la casa de mi mayor. Se suponía que algunos guardias deberían estar en su turno de servicio, pero los soldados parecían más ocupados con la bebida y bromeando, que protegiendo las paredes del santuario. De todos modos, ¿quién puede atreverse a entrar aquí, sin el riesgo de perder la vida? 
El palacio interior de Her-Ra (Horus el viejo) está recubierto con una fina capa de Nebu (de oro) y tiene altas columnas que combinan turquesa y topacio. Dos guardias con lanzas intercambiaron una pequeña charla en la planta baja.  Circulé bajo sus narices; mientras los dormité brevemente a través de mi Niama (fuerza vital), justo el tiempo para pasar y alejarme. En sus clases particulares, Djehuti (Thot) me había revelado que el gran Ra tenía sus aposentos en el segundo nivel. Subí las escaleras sin hacer ruido.  Me encontré con otro guardia que no podía eludir. Le corté la cabeza con mi Uatch. Él nunca me vio venir. La cabeza tirada en el suelo no era la de un Shemsu-Ra, sino la de un Kingu. No hay duda de que era un esclavo. Un esclavo Kingu-Babbar (realeza-albino), aquí armado? Extraño!  
Inmediatamente enfundé mi cristal con el fin de no revelar mi presencia a Ra, que posee también, la energía omnipotente. Me metí en las habitaciones del hijo de Nut sin hacer ruido. Algunas lámparas ardían tenuemente en la penumbra e iluminaron el suelo pavimentado de azulejos de colores blancos y turquesas. En lo profundo de los apartamentos resonó un arpa con una melodía monótona: era una noche tranquila, un momento favorable para "llegar al otro lado." 
Recorrí el piso de los apartamentos principescos. El nivel se beneficiaba con una serie de pequeños arcos que permitían atravesar la luz cuando era de día. Finalmente lo encontré. Her-Ra estaba tendido en el baño, perdido en una habitación enorme. Con la cara hacia al techo, dormía tranquilamente. ¿Cuántas veces le había visto? Diez o doce veces.  En cada vez, él me causo una fuerte impresión; su constitución, su mirada, a la vez suave y aguda. Nosotros no nos cruzamos desde que fui a una misión en los cielos y que yo apoyé ilegalmente el desplazamiento de sus tropas. A veces me da sus instrucciones por radio.  Otras veces, sigue siendo desesperadamente silencioso.  Él me pone a prueba antes de oficializar mi entrada a su fuerza aérea. 
Ra es el hijo de mi abuela Nut y posee los genes de mi padre Sa'am. Es un mestizo y su genotipo completo es desconocido.  Lleva genes Abgal, aunque de tipo mixto Sukkal. Mi abuela Nut es su creadora.  Ella lo habría creado artificialmente como un niño. La tradición afirma que creció muy rápidamente.  Her-Ra es también Babbar (albino) como yo, y yo siempre quería ser como él... 
Saqué a Uatch de su funda.  La hoja comenzó a rugir silenciosamente en la habitación como una manifestación terrible e intensa. Her-Ra tuvo tiempo de escuchar mi formidable arma y de verme. En un gesto desesperado, arrancó del fondo de la sala una espada con la Niama (la fuerza vital). El arma giró en el aire y finalmente aterrizó en la palma de su mano. La hoja del Uatch sonaba fuertemente en el resplandor brillante. La espada de mi oponente era de Ba'al-en-Pet (hierro del cielo), el único metal que puede empujar el calor de un Gírkù. Her se levantó bruscamente, listo para responder de nuevo a mi ataque. Aprovechando el estupor de mi mayor, di un golpeé sordo, de la manera en que Nebet-Hut (Neftis) me enseñó durante mis lecciones de combate. 
Her no tenía ningún recurso. Apenas había dejado la bañera se vio acorralado contra la pared, con los pies resbaladizos y el brazo entumecido. "Por la Fuente, mi hermano, ¿qué quieres? Tu eres el ganador" me dijo desanimado. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro, porque parecía estupefacto por semejante osadía. Mi arma estaba debajo de su cuello.
- Comprendo bien tu engaño y el de mi madre. Has jugado bien con nosotros, le contesté. ¿Cuánto hace que visitas sus muslos sin nuestro conocimiento?  
Él asombró se reflejó en sus ojos. 
- Nekhen (joven)!  ¿Quién te informó tal cosa? 
-Ya no me puedes engañar. Meri se transforma en Babbar (albina) delante de nuestras narices. Eso sólo puede venir de ti! 
- Yo no soy el que tú piensas. Deja tu arma, mi pequeño hermano, y discutiremos con calma. 
Al verme dudar, Her-Ra dijo: "No tienes elección." De pronto sentí un objeto punzante en mi cuello.  Una voz femenina resonó detrás de mí: "¿Está todo bien mis hijos?" 
- Sí, todo está bien.  El valiente Heru, hijo de Meri, está entre nosotros. Nos va a dar la satisfacción de bajar su arma, sentarse y conversar con sus anfitriones, que le concederán la hospitalidad digna de un gran soberano. 
Yo había derrotado al gran Ra y tuve mi compensación.  Yo ya estaba lo suficientemente orgulloso de mí mismo como para soportar el resto. Me volví para ver a la mujer que me había amenazado con su arma por detrás. Vi una cara que parecía familiar, sin poder identificarla. "Cálmate, mi hijo, yo no te haré daño, no está en mis habilidades", me dijo con calma. Yo estaba aturdido.  Uatch tomó su lugar en mi cinturón.  Este sentimiento de conocer ese rostro sin poder darle un nombre equivocado me puso incómodo. Mi mayor se vistió y parecía contento de verme tan confundido. 
- No pareces conocer a esta Nebet (sacerdotisa). No te preocupes. No la recuerdas, porque todavía no la habías conocido hasta la fecha. Viene de lejos, de muy lejos... 
La sacerdotisa parecía digna. Inmediatamente observé que ella tenía los dedos palmeados. Su mirada reveló sus ojos de un tono azafrán, despiertos y brillantes. Una sabiduría interior parecía habitar este pequeño cuerpo, ligeramente más grande que el de Meri (la amada). Llevaba un vestido de lino blanco que abrazaba sus muslos, ajustado a su cintura por un cinturón de Nebu (oro). 
- ¿No es ella formidable? me preguntó.
- Yo... Si, sin duda ... 
Yo sólo estaba observando a esta criatura, ella era tan encantadora. Her-Ra probablemente quería desviar la conversación.  Yo se lo remarqué. La sacerdotisa lo presionó para hacerme saber la verdad. 
- Piensa otra vez, respondió el gran Ra. Esta Nebet tiene un papel importante en esto que me acusas, ya que no es otra que tu abuela Nut (Nammu). 
Yo estaba aturdido e incapaz de formular una palabra. Nut, Nammu, la grande, la madre de mis padres Meri-Aset y Sa'am-Asar, estaba frente a mí aunque ella había muerto hacía muchos años. Era una tontería, esto es lo que expresé:  
- ¡Imposible! La gran Nut paso al otro lado hace mucho tiempo. Nadie pudo recuperarla.  Su hija Meri y Serkit (Ninmah) no tenían sus genes.  Nut nunca se depositó en la biblioteca de nuestra raza. Ella no quería que juguemos un día con sus genes.  
- Marcha en paz, mi hermano, me dijo Ra. Eso es exactamente correcto.  Yo era el único que las tenía. Yo se las había robado a sus espaldas, ya que, como tú dices, ella nunca lo habría aceptado en vida. 
Miré la cara de Nut.  Sus ojos aterciopelados acunaron tiernamente mi mirada y parecían recordarme sentimientos enterrados. Su frente estaba ligeramente arrugada, y parecía acentuar su mirada atormentada. ¿Por qué un nuevo misterio rodeaba la presencia de Nut? ¿Era realmente ella, o estaba tratando con una simple copia, sin la esencia original? Yo estaba agotado de todas estas historias, todas esas mentiras, estos secretos grotescos. Una mano se posó sobre mi frente, me dejé caer pesadamente en una almohada grande que se extendía a todo lo largo de un asiento de madera exótico. 
- ¿Qué es esto, una nueva prueba? Me rindo!
Creo que me dormí profundamente con estas palabras. Todavía puedo escuchar en mi cabeza la voz de Nut diciendo: "Descansa, mi hijo." Mi sueño era pesado, habían pasado algunos días que no había dormido. 
Cuando me desperté, Nebet-Hut (Neftis) estaba a los pies de la cama donde me habían depositado. Cuatro guardias de Meri estaban detrás de ella. Nebet-Hut estaba vestida con un traje oscuro de combate, con bandas con corazas de metal. Su cabello negro profundo estaba atado y cubierto de flores de color turquesa cosidas con hilos de plata. 
- Tu madre está colérica! Ella no se va a retrasar. Mejor que no te encuentre en la cama! Es un largo día que atender, pequeño príncipe, y no quiero que faltes a tu entrenamiento como ayer y los días anteriores. Toma esto! 
Nebet Hut me dio una espada y me hizo señas para que la siguiera.  Dos de los cuatro guardias me sacaron mecánicamente de la cama. Lo hacían tan a menudo!  Me dejé arrastrar fuera de mi cama, y ​​mi espada cayó al suelo. La hermana de Meri me estaba esperando en la terraza de la habitación.  Apenas llegue a ponerme delante de ella, su arma hendió el aire y cayó precisamente en el hierro de mi espada. Mi espada sonó y comenzó a vibrar dolorosamente. "¿No te dije que levantaras la guardia? Tu oponente no tendrá piedad en el campo de batalla", me grito con sequedad. Nebet-Hut tiene la capacidad de irritarme al extremo. La forma de subestimarme cuando tiene un arma en la mano dice mucho sobre su carácter. Los cuatro guardias del Gigal se colocaron a lo largo de la pared y observaron nuestra lucha con interés, por no decir con regocijo. 
- ¿Qué hace mi Meri?  Le pregunté al tiempo que respondía a sus ataques. 
- Creo que ella envió a la mitad de su guarnición en tu búsqueda ayer por la tarde y durante la noche. Afortunadamente Serkit (Ninmah) y Nut (Nammu) se pusieron en contacto con nosotras. Tu madre está furiosa... 
Los golpes de mi maestra de esgrima se volvieron cada vez más insistentes. Ella aumentó el ritmo de sus ataques.  No hay duda que ella no se atrevió a añadir que también estaba preocupada. 
- Tú sabías que Nut fue recreada? ¿Por qué no me dijeron nada? 
- Aaah Heru, suspiró, bajando la guardia.  Debes hacer las preguntas correctas.  ¿Por qué tu madre es Babbar (albina), joven halcón? 
- Porque ella duerme con Ra; incluso si él afirma lo contrario! 
Nebet-Hut rio. Mi niñera había reanudado los ataques.  Observaba sus movimientos mientras que los desviaba uno por uno. Los choques fueron terribles.  Los guardias se habían puesto nerviosos. La hermana de Meri hizo girar su arma y me obligó a acercarme a ella. Estábamos cuerpo contra cuerpo, hoja contra hoja.  Un extraño olor provenía de una de sus manos, un olor que hizo girar mi cabeza. El olor me recordó algo que había respirado hacía poco, pero no podía ser capaz de determinarlo. Mi tía repentinamente se liberó. 
- Eres tan ingenuo, me gritó ella.  La Madre del Trono te ama sólo a ti... Y ella ama las pociones... 
Mi maestra de armas dio un golpe en mi hoja. La punta de la espada se rompió con el choque. Nebet-Hut utilizó de repente el Kinsag (telepatía) y su voz invadió mi mente: "Tú debes venir a verme más a menudo. Estos malditos guardias están siempre tras mis pies y yo no soy libre de acercarme a ti. Tengo muchos secretos para revelarte si tú lo quieres". 
Me tensé al ver mi arma rota. ¿Meri ama las pociones y las plantas medicinales? Por supuesto, ¿pero cuál era la conexión? Yo le iba a pedir más información cuando se escuchó una voz. 
- El entrenamiento finalizó por hoy! 
Era el tono que Meri emplea cuando estaba enojada. Mi madre echó una mirada fría a su hermana. Tengo la impresión de que acababa de interceptar el mensaje telepático. A primera vista, podríamos decir que las dos antiguas reinas de A'amenptah tienen un cierto parentesco. Pero una observación cuidadosa permite revelar que tienen el mismo perfil. Últimamente, la cara de mi madre estaba extrañamente apretada, como la de mi tía. Por otra parte, la gran Aset (Isis) cuenta ahora con su famosa piel Babbar (albina), que la asemeja más a Nebet-Hut. La verdadera diferencia está en sus maneras de embellecerse. Mi madre se maquilla delicadamente, mientras su hermana se pinta en gran medida, lo que le da un aire severo. Meri estaba regiamente vestida. Llevaba un vestido blanco cruzándole los senos y ceñido a la cintura con un cinturón dorado. Pulseras adornaban sus muñecas y una coraza de bronce sobre el pecho. Ella había pasado un fino polvo de Nebu sobre su cara y hombros. Estaba divina, como siempre. 
Nebet-Hut dejó el balcón, sin una palabra, sin un gesto de desprecio y sin mirar atrás. Dos guardias la siguieron y los otros dos se quedaron donde estaban. Desde una mirada penetrante, mi madre les hizo señas de que salieran de la habitación para dejarnos en paz. 
Aset me miró con ojos tristes y enojados.  Mi escapada prolongada la había sufrido. Parecía, sólo ahora, que podía darse cuenta de que yo no tenía nada y que todo estaba bien. Afronté a su mirada, como para no ceder a una forma de intimidación que a veces parece imponer. 
- ¿Cuántas veces tendré que preocuparme así? ¿Ha decidido volverme loca? Si ese es tu deseo, lo has logrado. 
- Tú piensas que todavía soy un niño. Descubrí muchos misterios que rodean a mi padre y a ti. ¿Por qué tantos secretos?
- Los secretos están a la espera de ser revelados. Tú eres el único que puede hacerlo, pero tengo que admitir que no lo estás haciendo muy bien. Este es otro punto en común con tu padre. Como el niño, que sabe que va a ser considerada hoy como un adulto, como el heredero de una dinastía inusual. Dado que tú estás presente en Yu-Ra (isla de Ra) y que una Asamblea se llevara a cabo en este día, Serkit preguntó a ltemu (An) - a mis espaldas, por supuesto - si puedes asistir a esta sesión. 
- ¡Muy bien! 
- Esto no me agrada porque tenía otros proyectos más atractivos que el de participar en esta mascarada. Sin embargo, sin cuestionamientos te dejo ir con estos grandes dementes. 
- Tú me halagas doblemente. Sin embargo, permíteme hacerte esta pregunta: tú honras la memoria de mi padre, te consideras una digna sucesora de sus obras, pero destruyes sus informes grabados en Uatch, y dejas solo lo que te convenga. ¿Por qué?  ¿Quién es esta Nut? ¿Es mi abuela?
- La compañera de Ra es una pálida copia de la original, nada más. Ella no es mi madre o tu abuela.  Ni más, ni menos.  Me compadezco de ella.
- Parece que poseías una cola en el pasado; donde está ahora?
- Eso... eso no es importante... 
- Pues si lo es! 
- Bueno, ya que quieres saberlo, me corté el apéndice cuando Asar se castró luego de caer tontamente en los brazos de Nebet-Hut. Se habían reencontrado en su casa en Nunkiga (Eridu) en Kalam y él estaba borracho. No hay duda de que ella se había transformado en mí misma. Somos muy parecidas, eso no fue muy complicado para ella. En esa época, era solo una historia de fisonomía y de piel. A Nebet-Hut le encanta cambiar su aspecto sin el conocimiento de los demás, como a veces lo hace. En cuanto a Nut, hablo de mi verdadera madre, me había ayudado en el momento de realizar esta cirugía. 
- ¿Para qué? 
- Por rabia, por cólera! Hice como él.  Al castigase así, me había privado de su cuerpo, de nuestra unión. Finalmente, me sentí tan culpable como él: no habíamos sido lo suficientemente precavidos. Así que decidí castigarme a mi turno; él se había cortado su "cola", así que yo me corté la mía. También quería renunciar a la querida Saran que ya no pertenece a estos tiempos. Como tú comprenderás, Saran era la hija de tu tía Serkit y yo fui recreada con sus genes. El gran 'Nki (el verdadero) no lo había notado! En cualquier caso, tal vez no había querido ver.  Mi renacimiento fue un éxito y eso era todo lo que le importaba.  La ingenuidad de Asar siempre me ha preocupado, pero yo lo amaba así como era.  Revisé todo a sus espaldas, como lo hago contigo.  No tengo mucha confianza en Nebet-Hut, a pesar de sus esfuerzos para mostrarme su buena fe. Yo sé que ella me va a traicionar al menos una vez más.  Ten cuidado con ella. En cuanto a la lucha, sus tácticas de guerra, y la información que tiene sobre nuestros enemigos, podemos escucharla. Ella está suficientemente mezclada con ellos. Ella se maquilla escandalosamente para ocultar las huellas de su libertinaje milenario....
En esos momentos, un poderoso gong sonó por toda la ciudad. Una multitud se había reunido en el parque del palacio.  Los miembros de la Asamblea divina se habían reunido antes de entrar a la sala de juntas. Había dejado de llover y el sol finalmente parecía tratar de levantar el velo nublado.  El jardín tenía fragantes flores de color azafrán que recordaban el astro solar. Meri tomó mi mano y adoptó un paso ligero. Su ira se había extinguido así como había llegado. 
Después de descender las largas escaleras, nuestros pies caminaron por los pasillos de piedra que conducen a la sala de juntas. Cuando llegamos allí, nos dimos cuenta de que éramos los últimos. El gran ltemu-Ra (An) nos invitó a instalarnos. Su estatura siempre me impresionó. Estaba vestido con su ineludible vestimenta blanca y llevaba una estrella en el pecho. Una cabeza desconocida estaba fuera del grupo. "Es tu tía Neret (Neith-Dim'mege), la que ha educado al Gran Ra" me dijo mi madre con la Kinsag (telepatía). Neret me observaba con atención.  Posee los genes de la cepa terrestre, el de las Ama'argi. Esta es una reina con una mirada soberana.  Neret vestía una túnica ocre con un generoso escote amarillo. Tenía los ojos sombreados con polvo púrpura mezclado con Nebu (oro). He leído en mi cristal que mi padre había tenido una relación continua con ella en el momento en que mi madre ya no estaba viva. 
La mayoría de los miembros presentes observaron a Meri con los ojos muy abiertos. ¿Cuánto tiempo llevaba ella sin asistir a un consejo? Su tez pálida parecía no ser conocida por todos. Meri levantó suavemente una pierna al sentarse en su asiento. Nos colocamos entre Nebet-Hut y Serkit, la soberana de Adinu. Las dos amantes de los grandes misterios estaban finalmente codo a codo. El eco lejano que las había asimilado como a hermanas gemelas se había materializado en un instante. El rey de los Anunnaki comenzó:  
- Bueno, esta sesión comienza ahora.  Damos la bienvenida a la llegada de los prestigiosos dignatarios.  Contamos con la asistencia de Aset, la progenitora del País de la Luz, que se dignó a movilizarse, su hermana real Nebet-Hut, soberana de Sabba, que la acompaña y finalmente Serkit, la progenitora de las Anunna, la divina madre de la multitud, la amante de los santos Kedjiu (vigilantes) ... 
- Y etcétera, etcétera, irónicamente dijo Serkit.  
Una risa tímida se levantó de la asamblea, fue Nebet-Hut. Itemu la miró y continuó: 
- Gracias a Djehuti, el hacedor de milagros, y a Her-Ra, el protector de las dos tierras. Honramos la presencia divina de Nut resucitada, en el acertadamente llamado País de la Luz. Gracias también a la excepcional presencia de Neret (Neith-Dim'mege), la regente del Abzu y la ciudad de Salim. Presto una atención especial a la excepcional venida de Heru, hijo de Meri, que se encuentra al lado de su madre. Y para finalizar felicito a los miembros de esta Asamblea por su gran magnanimidad, así como sus miembros honorarios. La votación en la que participan todos los miembros dio vida a mis expectativas y las de mis Kuku (ancestros). El gran Enlil ahora puede unirse a los que están participando en la Asamblea y recuperar el lugar que se merece. 
Ante esto, el asesino de mi padre, mi enemigo jurado, entró en la habitación y se quedó cerca de su protector.  Era la primera vez que lo veía de verdad! No puedo describir mis impresiones.  Setes-Enlil es al menos tan grande como Djehuti.  Es Babbar (albino) como yo y todos los Nungal. Su aire provocativo es digno del retrato que hice de él hasta ahora. Un odio feroz creció progresivamente en mí. Nebet-Hut me habló internamente a través del Kinsag (telepatía) y me aconsejó encarecidamente tranquilizarme: "Cálmate, eso es lo que quiere", me dijo ella. Mi progenitora se inquietó. Los miembros del Consejo pertenecientes al País de la Luz se animaron gradualmente. De repente Neret se levantó y lanzó: "¿Una votación? ¿Qué votación? Ni siquiera estaba al tanto."  Djehuti tomo la palabra:
- Este es un resultado inesperado y es lamentable que la gran Neret no pueda votar. Consideramos que Enlil puede recuperar su asiento gracias a los muchos votos de varios miembros que están fuera de nuestra jurisdicción. Pero no tan pronto. ¿Estás seguro de los resultados de la votación, noble ltemu? 
- Todo está bien. Puedes comprobarlo por ti mismo! 
Itemu-Ra hizo un gesto. Un repugnante Miminu (gris) trajo una caja cuyo contenido fue repartido en la mesa central. 
- Es una vergüenza, un escándalo!  Lanzó mi madre que se levantó repentinamente. ¿No tienes ninguna dignidad?
Enlil se sorprendió y volvió la cabeza hacia ltemu:
- ¿No soy bienvenido en este divino foro, gran An? ¿O debo entender que los votos no valen nada en este país? 
- Paz! reanudó inmediatamente Djehuti . Si en efecto hay un lugar donde no tenemos el privilegio de peleas, es éste. Los principales miembros de la divina Asamblea aceptan el veredicto. 
- Bien, reanudó Itemu, la sesión se abre ahora. ¿Cuáles son los temas principales para ser desarrollados hoy? Ah, sí...
1 -Buscar fondos para restaurar el canal principal de Ta-Ur (Abydos).  
2 -Establecer un acuerdo para que los límites de Kem-Ur (Mar Rojo) sean accesibles a los Anunnaki. Este protocolo, con suerte, llevará a la paz duradera entre nuestros dos pueblos. 
3 -Hacer un balance de la situación de la población de los Abar en Kemet. 
4 -Ahora que está fuera de sospecha, definir los territorios que legítimamente pertenecen a Enlil, hijo de Asar. 
- ¿Qué?!  Exclamó Meri. ¿Enlil de repente es el descendiente de Asar? Negó la paternidad del hijo del agua durante toda su vida, ¿y ahora que ha asesinado al santo fundador, quiere legitimar su filiación y obtener sus posesiones? Es un insulto grosero!  El verdadero sucesor de Asar está conmigo.  Este es mi hijo Horus.  Lo engendré con el patrimonio genético de Asar. Heru es el hijo de Asar.  Aquí todo el mundo lo sabe!  
- Demuéstralo respondió Itemu-Ra. 
- Es inútil hacer este mal, replicó Serkit levantándose. No hace falta que se enfrente a ti como en el pasado. 
- Alabo tu benevolencia, Serkit, pero puedo defenderme, lanzó Meri molesta. 
Pero Serkit era terca: 
- Deja que los expertos discutan con los gobernantes del Este, mi hija. Estoy muy sorprendida por esta discusión. Que esta divina Asamblea me perdone, pero voy a formular esto en idioma Emenita (lenguaje masculino) con el fin de exponer mi punto a los varones de las regiones del Oriente: Dim'mege, Ninanna y yo misma hemos asistido a Aset a ejecutar el prodigio. Nosotras somos las Meskhenut (diosas del nacimiento). La Merakhti ("pirámide del horizonte''), lo siento, especificó, la Unir (la pirámide) que llamamos "Bit-Ra-Hem" es el símbolo viviente.  Heru es el hijo de Asar.
- No esperábamos ese debate, lanzó secamente el soberano de los Anunnaki. Ya que está presente en esta reunión, que el joven Heru suba y responda a mis preguntas. ¿De verdad eres el hijo de Asar, el ´Nki (el verdadero)? 
- Sí, lo soy, y tú eres mi abuelo, noble Itemu. 
- Pruébamelo! 
- Es muy sencillo, yo tengo a Uatch, el Gírkù que mi padre llamado "Ugur". Mi madre Aset me lo delegó. Setes ("como la vergüenza"), él, nunca lo ha poseído! 
-¿Cómo me has llamado? respondió mi tío.  Pronunció mi nombre en una forma extraña... 
- Setes ("el de las bandas") es un nombre local que expresa su relación con la muerte del santo fundador, respondió Nut. Este es el nombre que todos le han otorgado por aquí. Si usted pretende reclamar potestades en Kemet, deberá conocer la práctica local. 
- La duda permanece.  Soy inocente, no maté a mi padre Asar!  El pequeño enano de Meri no pronunció ese nombre en la misma forma que usted, santa Nammu. 
- Comprender esto, insistió Itemu-Ra. Sus derechos le fueron retirados. Es el legítimo sucesor de 'Nki. 
- Con todo el respeto que le debemos, respondió Djehuti, su deber es el de permanecer imparcial en esta Asamblea y no debe tomar partido por nadie. 
- Bueno.  Heru, si usted es el hijo de Asar, por qué eres Babbar (albino)? - preguntó el rey de los Anunnaki. 
- Bueno, si Setes ("como la vergüenza") es el hijo de Asar, ¿por qué es Babbar también cuando el santo fundador no lo era?  Le respondí. 
- Suficiente, comprendí el nombre pronunciado por el hijo de Meri, exclamó Enlil-Setes. Esto es un insulto!  ¿Cómo te expresas pequeño enano? Tu hablas en el idioma local, pero con la pronunciación Emenita (lenguaje masculino). Sin embargo, nunca ha puesto los pies en Kalam (Sumeria). Esto es completamente ridículo!
El debate dio un giro extraño.  Nebet-Hut se paró como una estaca y se atrevió a señalar con el dedo a su ascendente Setes: 
- Las  santas Meskhenut afirman que este debate debe continuar sin la intervención de Enlil, el llamado Setes ("el de las bandas"). Está en juego su honor!  
No sé cómo habríamos tenido que tomar el contenido de esta advertencia, pero el hecho es que Nebet-Hut calmó la situación. De hecho, tiene al gran Itemu-Ra en el bolsillo. Por otro lado, Setes parece que en ciertos casos tienen la capacidad de contener su ira. A menos que sea la intervención de su niña la que lo ha calmado? 
- Reclamación concedida para el buen desarrollo del debate, respondió Itemu mirando a Setes. Retomemos nuestra conversación hijo de Meri. ¿Quién es tu padre?
- Es el gran Sidim-Gal (maestro-albañil), el Nagar (artesano) de este mundo. Creo que a usted lo llaman a veces con ese nombre. 
-Si hay una Nagar aquí presente, dijo Itemu-Ra, y ese soy yo! No es suficiente poseer el cristal de 'Nki para pretender ser su hijo. Usted no está respondiendo a mi pregunta, ¿cómo puede afirmar que él es su padre? 
- Mi padre real ya no es de este mundo. Su sangre y su Ka (espíritu) están en mí.  Por esta razón, no puedo olvidar que es materializado con la estatua que ostentan en la colina sagrada de Ta-Ur (Abydos).
- Esa estatua, como usted dice, es para honrar su memoria, hijo mío. 
- No, es un ídolo articulado por sus sacerdotes que lo hacen pasar por vivo. 
- Pequeño insolente, le pagamos su memoria y su culto viviente. Sin nosotros, la gente del País de la Luz ya lo habría olvidado. 
- Es mi turno de honrar su memoria, noble ltemu-Ra.  Si a usted le gustaría tener la confirmación de que el gran Nagar es mi padre, tome un poco de mi sangre y haga que sea analizada. 
Meri se puso como una furia:
- Esta fuera de cuestión, yo lo prohíbo formalmente! Nadie obtendrá la sangre de nadie en esta Asamblea! 
- Así que nunca sabremos la verdad, santa Meri, replicó ltemu-Ra. 
- ¿No lo has escuchado, gran An? intervino Serkit excedida. Las Meskhenut aquí presentes, incluyéndome a mí, te certifican que Heru es el hijo de Asar. Trabajamos para ello.  Usted no puede poner nuestras palabras en duda, de otra manera su lugar no está aquí. Incluso le recordaré lo que usted ya sabe y que Enlil no puede ignorar, ya que es difícil de atacar la santa Mer (pirámide), donde el milagro ocurrió: Heru es la reencarnación del santo fundador! 
El muy corrupto ltemu-Ra había anudado los nervios. El rey de Uras no podía contradecir a las cuatro Meskhenut, guardianas de la cohesión de Kemet, a pena de perder la imagen y sobre todo su status. Todos sabemos que Itemu-Ra se introdujo ilegalmente en nuestras tierras utilizando a Setes. Esta función de maestro de la asamblea divina fue un compromiso que se había impuesto a las Meskhenut, a fin de regatear una forma de paz ilusoria. La ubicación de sus Abar[[2]] en nuestra tierra le permite controlar los cultos, especialmente los bienes que resultan. También le permite dominar la efigie de Asar y hacerle decir que nuestro clero decreta en el nombre de Itemu Râ. La aparición de esta situación en la asamblea no ocurrió para mí desagrado. De repente me encontré con la idea de esta reencarnación absolutamente cautivadora.  Ella iba a ayudarme a justificar mi derecho al trono de Kemet. Por el momento, esto puso a Itemu-Ra y a su secuaz, a quien sueño decapitar, en un gran problema…
Itemu-Ra estaba como aturdido. Yo no lo había cruzado a menudo hasta ahora, y siempre me había mirado con gran fuerza. Pero, debo admitir que al verlo cabizbajo me sentía bien. De repente percibí que las cuatro Meskhenut experimentaban alguna confusión interna. Una extraña sensación me invadió.  Me di cuenta en un instante que estaban tratando de sondear a mi abuelo Itemu. Yo estaba como conectado con ellas, sobre todo con mi madre, con quien tengo la energía. El gobernante de los Anunnaki lo había sentido y se había recompuesto. 
- Heru, hijo de Meri.  ¿Eres la reencarnación de Asar?
Itemu había adivinado que este tema iba a avergonzarme, tuve que improvisar y responder de forma inesperada. 
- Soy su continuación, soy el renacimiento de Enki.
- El nombre por favor. ¿Quieres decir 'Nki (el verdadero) Asar? 
- Sí 
- No estamos en Kalam, puedes formular los nombres de las personas en tu idioma nativo, en Re'enkemet (egipcio). Bueno, tengo objetos pertenecientes al santo Asar. Permítanme mostrárselos! ltemu-Ra hizo un gesto a dos de sus Miminu (grises). Trajeron una caja llena de objetos que derramaron sobre la mesa del consejo. 
- De todos estos objetos, dos pertenecían a mi hijo Asar, reanudó Itemu. Si los encuentras, nosotros tendremos la confirmación de que usted es el que dice ser. Le presente los dos objetos a Djehuti y él puede confirmar cuando llegue el momento. 
- Acaso escuche mal? arrojó irónicamente Neret. ¿No nos dijiste que no habías planeado discutir esto, noble Itemu? 
El padre de los Anunnaki se hizo el sordo.  Djehuti tenía los ojos bajos.  Yo vi a Meri quejarse. Nebet-Hut no estaba muy cómoda y frunció el ceño cuando de repente se quedó mirando el contenido de la caja. Serkit negó con la cabeza sin mirarnos, como si quisiera decirnos que este ejercicio era estúpido. 
- No hay necesidad de mirar a su madre y tías, no van a ayudarle.  Ellas no le dirán nada a través de la Kinsag (telepatía), yo lo sabría. Si la santa Meri no se calma y vuelve a su lugar, voy a tener que despedirla de esta Asamblea. 
Mi madre estaba ulcerada, pero era previsible.  Con una mano, le indiqué que se calmara y me centré en los objetos. Qué baratijas!  Una estatuilla de terracota, un pequeño cristal verde, un brazalete de cobre, dos archivos ME de cuarzo , un pequeño cuchillo, un anillo de Nebu, un diente de Ukubi (Homo), un collar de piedras de roca, un frasco con arena, tres flores secas de Afa amarilla (melilotus) - las flores usadas por los muertos - y una brújula. 
Yo estaba listo para jugar este juego insano, pero incluso con la mejor voluntad del mundo, estos objetos no significaba nada para mí, absolutamente nada! Tenía la esperanza de identificar entre ellos un objeto descrito por mi padre en sus memorias, o sentir algo, fue en vano.
- Lamento anunciar al Consejo que ninguna de estas piezas ha pertenecido al santo fundador. 
Itemu frunció los labios e hizo una cara impasible. Djehuti movió la cabeza afirmativamente y nos confirmó que ninguno de estos objetos había pertenecido al esposo de Meri.
- Eso fue suerte! exclamó Setes. 
- Setes como siempre de mala fe y los miembros aquí presentes lo verán, proclamó Meri. Por la Shesep Ankh (la Esfinge), la verdad estalla finalmente dentro de esta Asamblea. Que mi hijo Heru sea finalmente proclamado sucesor de Asar y se le conceda la soberanía sobre todo el País de la Luz! 
El momento tan esperado por mi madre y mis tías estaba a la mano.  Itemu y Setes no podían añadir nada, ya que habían quedado atrapados en su propia trampa. Todos estos años de sufrimiento seguidos de un trabajo duro para reparar la terrible tragedia, todo este tiempo y energía serían finalmente recompensados, ltemu estaba pálido. El asesino de mi padre tenía la cabeza entre las manos. Su orgullo estaba roto, me parecía que iba a llorar de rabia.  Meri tomó mi mano y la apretó con fuerza contra su corazón, una manera pura de compartir esta victoria que era lo más importante a sus ojos.  Mis tías tenían todas la misma sonrisa, incluso vi una sonrisa divertida en los labios de Nut. Djehuti me miró con sus ojos haciéndome un guiño en signo de victoria. La asamblea estaba eufórica. Sólo Ra, el hijo y amante de Nut, se había quedado en su esquina.  De repente se puso de pie: 
- Heru, el hijo de la santa Meri es demasiado joven para convertirse en el garante del País de la Luz. No tiene todavía 17 años.  No podemos permitir que un niño se siente en el trono de Kemet, sabiendo todas las trampas y peligros que enfrentará.  No podemos confiarle nuestras vidas y nuestras propiedades. El hijo de Asar, incluso si es su reencarnación juvenil, no puede resolver todos estos problemas por sí solo. En calidad de responsable de los ejércitos de Kemet y del equilibrio de las fuerzas en torno al cual gira el gran Consejo, no estoy de acuerdo, por ahora a la entrega del asiento soberano del País de la Luz a Heru. 
Nos quedamos estupefactos. Meri no tiene absolutamente ninguna capacidad de contener su ira en casos como éste.  Su naturaleza imperiosa da paso a un tono despectivo e insultante, o incluso una actitud neurótica deplorable. Su sangre hirvió y se levantó de repente. Señaló al hijo de Nut, mientras le lanzó un "Rhââ!" interminable que había petrificado la reunión en su totalidad: 
- Sí, soy yo, respondió Ra irónicamente. Tu extraña magia no me asusta, mi hermana. 
- Tú quieres causar la ruina de Kemet?  Lo regaño mi madre con desprecio. Tu deseas retirar el trono, mi trono, al único heredero del País de la Luz? ¿O has hecho un pacto con el enemigo?
- Con todo el respeto que le debo, esposa de Asar, no estoy de humor para tu sarcasmo. Estoy lúcido, simplemente. Consagraré a tu hijo en la Gran Mer (pirámide) cuando llegue el momento. 
- Tu estupidez es aterradora!  Antes de eso, tendrás que luchar y eliminar los ataques de nuestros enemigos. ¿Cuántas víctimas, mientras tanto, por tu culpa?  Transformaras nuestra tierra en una pira funeraria. Tú no controlas más las maniobras de nuestros adversarios. ¿Crees que los puedes contener con tu comercio ilegal, algo que el gran Asar nunca quiso en toda su vida? Sí, puedo revelarlo aquí: durante varios meses, sin la ayuda militar que Heru te aportó en secreto, nuestra riqueza, las de Kemet, Sti (Nubia), Bun 'd (Punt) y Kankala (África) estarían en las manos de los Anunnaki y de Setes. Sólo la guerra permitirá a Setes acceder al poder supremo. Tu estas absorbido por el juego de la guerra. Sin este entretenimiento y sin tu comercio, tú no eres nada! 
- Cálmate, gran esposa real, intervino Nut. Entendemos tu dolor y tus miedos, pero por la gracia de la Fuente, no te abandones a la desesperación. 
- ¿Tu?! ¿Te atreves a hablarme? Estoy segura de que eres cómplice de sus fechorías. La verdadera Nammu nunca habría aceptado tal afrenta. Estaría conmigo, con su hija... 
En ese momento, Meri fue presa de sollozos convulsivos y casi se desmayó. La cogí a tiempo. Ella se sorprendió, medio inconsciente.  Las células nerviosas se comportan de la manera de un condensador electroquímico, que se cargan como resultado de un gran enojo o excitación. Cuando hay sobrecarga, el cuerpo de alguna manera se duerme. 
La vehemencia de mi madre me había galvanizado.  Cada una de sus lágrimas libera un poco más mi furia interior y mi sed de venganza.  Hice signo a varios guardias para que la llevaran con escolta a mi nave. Mis varias tías estaban en estado de shock.  Neret (Neith-Dim'mege) se puso de pie y gritó al Anciano, el gran Ra: 
- Qué deshonra mi hijo! Tu que has preservado la paz y eras un campeón, así como la luz del país. Rescataste los pueblos de A'amenptah y Kemet muchas veces.  ¿Qué queda hoy de todo esto?
- Escuchar, Neret... lanzó Ra con la esperanza de ser escuchado. 
Neret no estaba de humor para bromear, ella pronuncio una imprecación que clavó a Ra en su asiento. No podía moverse.  La habitación parecía temblar sobre sus cimientos.  El poder y la firmeza de su Niama (fuerza vital) me recordaron los poderes de mi madre y que ella no lo utiliza casi nunca. La voz de mi tía había cambiado y se había vuelto más grave: 
- Cállate y dejemos hablar a la razón!  Una práctica a la que has renunciado, continuó. Me avergüenzo de ser su niñera y segunda madre.  Cuando Nut, la Grande, me pidió que te cuide, hace ya un largo tiempo, lo hice como si fueras mi propio hijo. Te di el pecho durante varios años.  Te hemos educado con valores Amasutum, los de nuestros antepasados. Así que te pregunto por segunda vez: ¿qué queda de todo eso hoy? El orgullo ha tomado posesión de todo tu ser y le has dado un gran poder a nuestros enemigos a quienes sin embargo, combates cada día. Un enemigo sin embargo, como señaló acertadamente Aset, con el que también haces comercio! Ahora que los miembros de esta Asamblea que prestan atención a mis palabras: voy a otorgar a Heru todas las fuerzas armadas que necesite para poner orden en el país de Sa'am (el asesinado) y para recuperar sus derechos vulnerados. 
- Te prohíbo que jures de esa forma, Neret, intervino Itemu-Ra (An). Tú no tienes derechos en esta Asamblea. 
- Suficiente! No estás en condiciones de darme lecciones, dijo Neret. He dado lo suficiente para ti.  Ustedes eran todos indigentes y listos para alimentarse de la arena al aterrizar en Uras (Tierra). ¿Qué hizo usted por usted? Algunos alimentos y el material vital que situamos en la bodega de cada Gigirlah (nave). Te di un poco de tecnología Ama'argiana y he sacrificado cientos de mis hijas para darte la oportunidad de perpetuar tu raza de guerreros apartados del sacerdocio. Estaban allí para preservar nuestras Amasutum del peligro y en su lugar, ellos maltrataron a los Nungal de su Santo Fundador, por no hablar de los abusos que infligen a los diferentes Ukubi (Homo) a través del tiempo. Ninmah y Enki eran sólo objetos colocados en tus manos.  Tu pensaste que tal vez podías escapar de las leyes kármicas que se generan al crear genéticamente esclavos en su lugar? Te equivocas! Llegará un día en que pagarás en gran medida tus fechorías. Cerré los ojos demasiado tiempo y te di más de lo que deberías haber tomado. Los Ukubi'im (Homo neanderthalensis) de Nammu eran difíciles de manejar, y sin mí y mis Siensisar (matrices artificiales), tu serías el gobernante de una banda de monos y no quién eres hoy! La lista es larga y los resultados de tus acciones son deplorables, heredero de los Usumgal. 
- ¿Qué nos propones tú, tú que infundes conocimiento? cuestionó Itemu. Qué quieres? 
- Sólo una cosa: el derecho a ser invitada a este Consejo normalmente, en calidad de Gina'abul mayor de este planeta, presidiendo tu lugar. Me gustaría señalar que si tu no mantienes esta paz vulnerable entre el Pueblo de la Luz y tus Anunnaki, que tu tendrás toda la responsabilidad, dispararás una guerra que no la superarás jamás. A diferencia de mi hermana Aset, yo respeto el punto más alto, me preocupo por las víctimas humanas que esto podría implicar. 
En ese momento, mis tías volvieron sus miradas acusadoras hacia el maestro del Consejo. La empuñadura mental de Neret cesó y Ra pudo recuperar sus funciones motoras. Estaba totalmente humillado. ltemuRâ no podía dejar de tomar rápidamente una decisión: 
- Vamos a tener que decidir entre los dos hijo de Asar. Esta es la única manera de encontrar una solución a esta diferencia.
- De acuerdo, respondió Setes, haremos un combate singular y terminemos de una vez! 
- Es sólo un niño replicó Djehuti, usted no puede aceptar esta sugerencia, gran Itemu. 
ltemu-Ra parecía molesto. Nebet-Hut (Neftis) miró al maestro del Consejo moviendo la cabeza negativamente. Entendí que le confirmó que no estaba listo para medirme con Setes con un arma. 
- En este caso, la elección del combate parece lo más sensato, dijo ltemu. Pero hay una dificultad: Heru es un niño. No puedo, por tanto, autorizar tu solicitud, Enlil. 
- Anoche, humillé a Ra en sus apartamentos, con un arma en la mano, anuncié al Consejo. 
- Yo te dejé ganar, hijo de Meri, respondió el interesado. 
- Poco importa! reanudó Djehuti. Personalmente, no estoy a favor de la elección de combate.  Todos ustedes saben mi opinión.  Kemet (Egipto) debe regresar a Heru, y Setes debe recibir una compensación. Abogo por que la Asamblea se suspenda de manera que todos podamos reflexionar en calma cada uno por separado. El País de la Luz esta sin soberano por varios cientos de años. Eso es demasiado tiempo.  Pero eso no es una razón para decidir el futuro de Kemet y el destino de dos seres con demasiada precipitación.
- Muy bien, que así sea, dijo Itemu. Teníamos que encontrar un acuerdo para permitir el acceso desde la orilla oeste del Kem-Ur (Mar Rojo) a los Anunnaki para hacer un balance de nuestros Abar, pero vamos a ver estas cuestiones más adelante. Por el contrario, necesitamos fondos para restaurar el canal de Ta-Ur (Abydos). Que decide la Asamblea divina? 
- Nada, ella no decide nada por ahora y sobre todo sin Meri, contestó Nebet-Hut (Neftis). Tenemos la sospecha de que tu intención es aprobar un nuevo impuesto que financia este trabajo, pero no importa! Las cajas del templo de Ta-Ur están llenas. Lo sé, porque me encontré con los sacerdotes hace poco. Ta-Ur es la localidad más visitada, y las donaciones acuden de todas las regiones en honor de Asar (Osiris). Utiliza esos fondos para tu trabajo, noble Item-Ra. Eso es lo que a mi hermana le habría recomendado.  Mi palabra es tan segura como la de ella. 
- Ya veremos esto, mi hija, dijo ltemu molesto. Es noble y conmovedor observar hasta qué punto te preocupas por los bienes de tu hermana, como estamos haciendo lo mismo con tus dominios de Kalam (Sumeria)... 
ltemu-Ra y Setes miraron a su nieta. La intimidación es su arma favorita.  Nebet-Hut se levantó al mismo tiempo que el resto de la junta. Mis tías estaban preocupadas.  Setes me miraba largamente diciéndome en el pensamiento: "Aprende a manejar tus armas más rápido, hijo de la nada!" La ira se apoderó de mi garganta, pero no reaccioné. Djehuti amigablemente me dio unas palmaditas en la espalda.  Trató de tranquilizarme susurrándome que el Consejo iba a encontrar una solución equitativa. Cuando regresé a mi nave, Meri estaba esperando con cuatro guardias. Ella mostraba su habitual aire de solemnidad que traicionó su inimitable naturaleza imperiosa:
- Si tú quieres suceder a tu padre en el trono de todo el País de la Luz, vas a ser mejor que aprendas a expresarte en lenguaje Kemet. 
- Yo lo pronuncio como se me enseñó, madre. 
- Hace mucho tiempo que no hablo así. Debemos expresarnos en Re'enkemet (egipcio).  Dentro de la Asamblea, es preferible que se pronuncien los nombres de todos en Re'enkemet, y no en Emenita o en Emegir de Kalam, ¿está claro? Olvídate de las pronunciaciones que has aprendido de Nebet-Hut. Abandona el lenguaje de nuestros enemigos.  Te enviaré a Djehuti para que te dé algunas lecciones. Ya no estoy avergonzada de mí como tú lo estuviste. Nuestros enemigos no tendrán indulgencia.
Una parte del misterio que rodea a mi madre se resume aquí. Un detalle, por lo menos hasta un elemento insignificante, de repente se convierte en los problemas más difíciles de resolver en el momento. Meri tiene el arte de saber reprocharme amargamente mis debilidades. Tengo que ser perfecto para ella, en el nombre de un recuerdo del pasado que conozco en parte.
En mi mente, ahora estaba seguro de que sólo un combate podría distinguirme de mi enemigo.  Esta es un combate, una lucha sin compasión para la que tengo que prepararme. El apoyo de mis tías y las palabras de Djehuti nunca van a tener el peso suficiente contra los opositores de esta talla. 
Geghu estaba listo para arrancar de las tierras del antiguo dominio marítimo de mi padre. Meri me preguntó suavemente si podía manejarlo, pero le dije que no sería prudente. Mi madre tiene prohibido conducir, a pesar de que sabemos que ella fue víctima de un atentado y no de un accidente hace mucho tiempo cuando se llamaba Sé'et. Ella estaba molesta; nadie se atrevía generalmente a oponerse a sus deseos; probablemente pensaba que yo iba a ceder en este momento. Yo considero dejarla pilotear junto a mi algún día cercano, pero quiero darle una sorpresa. 
Regresamos a nuestra red subterránea y a los aposentos reales. Sasha y Udja, las dos tigresas de mi madre, esperaban a su ama moviéndose nerviosamente entre los grandes pilares de nuestros apartamentos. Son apenas mayor que yo.  Meri posee sus genes y las recrea cuando una de ellas fallece. No puedo decir cuántas veces ella ya las ha clonado. Estas son en cada caso de especies diferentes que entran dentro de estos pequeños cachorros de tigre listos a salir de la Siensisar (matrices artificiales). 
Una poderosa orden de Meri, y el campo de protección que estaba bloqueando la entrada se inactivan, lo que nos da acceso a la suite real. Después de lamer las manos de su señora, Udja[[3]] cayó pesadamente sobre mis pies, impidiendo que me mueva. Este es un pequeño juego que a esta tigresa le encanta jugar conmigo, y ella sigue con bostezos fuertes. Esta es la más afectuosa de las dos, pero también la más temerosa. Cuando ambas deben mostrar los colmillos para proteger a su señora de algún rostro desconocido, Udja espera primero la reacción de su hermana. 
Sasha es mucho más agresiva.  Nuestra relación es extraña a pesar de que crecimos juntos. Sólo Meri realmente puede acercársele y acariciarla en paz. Mi madre la llama por su nombre de diferentes maneras dependiendo de la situación,[[4]] todo depende de su intención. Ambas bestias estaban nerviosas. Ellas se comportan anormalmente estos últimos meses, me señaló Meri. Esto parece molestar a mi madre, porque ella no puede explicar este comportamiento totalmente inusual.
Como de costumbre, Meri estaba tendida en un amplio banco después de haber preparado una bebida. Parecía cansada. Udja finalmente se había trasladado a echarse a su lado. Sasha se puso de pie y siguió mirándome con una mirada insistente.  A veces se desprende su mirada para escudriñar en lo invisible, gruñó y me miró de nuevo. 
- ¿Has visto? Le pregunté a mi madre.
- Todos los felinos hacen eso, Heru, pero estoy de acuerdo en que Sasha gruñe anormalmente en estos momentos. Esto me preocupa.  En cuanto a Udja, ella está más tímida de lo habitual... 
Mi madre y sus dos grandes felinos estaban rodeados de humo que escapó de los inciensos. Yo estaba una vez más irritado! La pregunta que me perseguía desde que obtuve el Uatch de las manos de mi madre tenía que ser respondida: 
- ¿Por qué los archivos de mi padre fueron cortados por ti, oh mi madre? 
- He ahí un tono bien solemne, oh hijo mío, - respondió ella con una voz que se atragantó de una emoción indescriptible. 
No hay duda de que tenía dolores en los pies; Meri ha fingido no haberme escuchado y se cubrió los pies con una crema, mezcla de aceite de oliva y miel. Yo estaba allí, en medio de la sala, viendo una de las paredes. Aset finalmente cambió de conversación: "Puedes beber un refresco, te serviré una copa, mi príncipe." Le respondí que yo no necesitaba nada.  Mi respuesta tenía un aire de molestia. Ella miró el vaso que me había preparado y me miró con enojo: "Yo, tengo sed!" Ella finalmente me lo entregó. Lo tomé como un comentario despectivo.  En ese momento, tuve una alucinación que me llevó a un sentimiento de humillación y me obligó a sentarme. Una cosa que no puedo explicar hasta este día. Una visión deshonrosa ensuciaba mi mente y nunca me ha dejado desde entonces. Me encomiendo a ti, Uatch, al igual que mi padre antes que yo. Vi brevemente mi bastón de vida en la boca de mi madre y ella parecía contenta. Ella tenía sed de mí! Este es un pensamiento corrupto que no controlo y que no entiendo en absoluto. Ella debe dejar a mi mente, pero tengo un mal rato para deshacerme de él.. 
Meri apenas se había dado cuenta de mi pánico interior. El incidente no afectó para nada su legendario orgullo, y apenas levantó la vista. Le entregué su taza. Su rostro estaba cerca del mío. Fruncí el ceño... ¿Fue un efecto de la luz o alguna otra cosa? Yo no podía dejar de remarcárselo: "¿Por Asar, madre, tu piel otra vez se convertirá en verde?" Meri escondió su rostro y se enterró entre los cojines. 
- ¿Estás enferma, mi madre? 
- ¡No! ... Sí!... 
- Sí o no? ¿Qué puedo hacer? 
- Nada, Heru, nada más. No te preocupes, no importa.  Esto pasará... 
Yo estoy impotente. Sólo la magia de mi madre podría resolver este problema.  Nadie puede asistir a Aset: ella tiene todas las respuestas! Dejé la habitación sin hacer ruido. Meri me preguntó por qué la abandonaba tan pronto; le respondí que tenía que limpiar mi nave al día siguiente.



imagen 17. Los restos de la A'amenptah de la época de Horus son visibles en este mapa en torno a las Islas Canarias. Los nombres de las islas míticas se encuentran en las paredes del templo de Edfu, en Egipto. Formaron los dominios primordiales de los dioses de Egipto antes del gran cataclismo del 10.000 antes de Cristo.  Los textos de Edfu indican que estas áreas fueron destruidas durante la guerra y por el paso de un cuerpo celeste llamado "el ojo que suena". Hice todo lo posible para restituir las ubicaciones de las islas de acuerdo a mi comprensión de la historia y la geografía. 
[imagen 18]. El calendario de Dendera comienza su largo viaje de las constelaciones zodiacales en espiral por una Isis con una cola y la corona blanca de su difunto esposo en la cabeza.  La sigue el signo del zodíaco del León que está allí para conmemorar el trágico suceso de esos tiempos: alrededor de 10.000 antes de Cristo. , en el momento en que la constelación del león ocupaba el cielo. Luego viene Seth, el verdugo, diseñado como la muerte con su guadaña, seguido de una Isis dando forma a su hijo Horus. Hábilmente, la muerte de Osiris no se formula, sólo se sugiere. En la parte izquierda, donde vemos a Osiris, Ra y Horus (portando la corona doble de sus padres), no es parte del circuito de las constelaciones, sino de la lista de los 36 decanatos. Copia del Zodíaco de Dendera de un papiro perteneciente al autor.





[1] Recordatorio: TU-WA-KAD-SI, "que ofrece el renacimiento y fija la luz." Este es el continente americano donde los sobrevivientes de Kâsskara (Mu) se refugiaron después de la destrucción de sus tierras.
[2] Recordatorio: los Abar son sobrevivientes de Deser (Marte) que escaparon de la explosión de Mulge, el astro negro. Formaron una importante colonia en Egipto que se basaba en la adoración de los Neteru (dioses), particularmente en la de ltemu-Ra (Atum-Ra), que será mucho más tarde Amón. Los Abar de nuestra narrativa forman parte del clero de la antigüedad, mucho antes de las primeras dinastías egipcias.
[3] Udja, litt. "fuerza protectora" o "fuerte / ruidoso". 
[4] Sasha significa "brillar como una estrella", Shasha "pisoteo el pie" o "despreciable" y Shaasha, "respeto". Tuve que sumergirme en el diccionario egipcio para comprobar el significado de estas palabras, donde por fin pude entender la sutileza de esta práctica inventada por Isis. Esto es parte de las sorpresas agradables con las que me he encontrado en la redacción de esta serie.

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