viernes, 15 de enero de 2016

El Despertar del Fénix, Parte I Cap 6, EL SECRETO DE DUKÚ

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EL SECRETO DE DUKÚ

"Mi madre se volvió hacia el sur y nos apuntó con la mano temblorosa hacia la dirección en la que fue enterrada la tumba de un gran Kadistu con el singular nombre de Asme, probablemente uno de los Hijos del Agua de los que hablaba la inscripción.. "Estos lugares son tan antiguos que están llenos de verdad. Las piedras de luz en el fondo fueron hechas cada una por una Gir. Cada Gir es una probable Nindigir con probabilidades de dar a luz a un Kiristi, pero muy pocas han tenido la oportunidad de producir tal evento en el pasado, nos dijo en voz baja." (7)
El Secreto de las Estrellas Oscuras, p. 402 (ediciones de la Nueva Tierra)


Pasé días y noches examinando los archivos de mi padre y los de su madre Nut (Nammu). Mis tres concubinas trataron de arrancarme de mi lectura, sin llegar a lograrlo. Ellas hacen todo lo posible para satisfacerme y despertar mi apetito sexual. Una de ellas deseaba que me uniera a ella con una brutalidad sin igual, en una especie de abrazo bestial. Ya experimenté este sentimiento con mi tía Nebet-Hut cuando yo era un niño. En cualquier caso me recordó a ello. Yo no aspiro a eso. Mi reina será dulce y voy a compartir un amor genuino con ella.
Sigo estando muy concentrado en mi lectura.  Algunas entradas de mi padre me desconciertan terriblemente. Eran sobre un pueblo que ocupaban el Abzu (mundo subterráneo), los Sinumun (nativos americanos). Mi padre Asar se reencontró con ellos varias veces en el continente que ahora se encuentra en el Oeste. Ellos son de fuente divina, es decir de ascendencia inalterada. Mi abuela Nut y Asar los formaron en secreto fuera de Ti-ama-te (el sistema solar). Los Sinumun luego fueron traídos al Abzu donde vivieron mucho tiempo en paz. Por razones políticas, Asar, finalmente les ordenó vivir en el mundo exterior donde ahora permanecen. Su libertad se ha comprometido en varias ocasiones. En los anales de 'Nki, también se trata la dolorosa historia de Dukú, como lo demuestra este importante pasaje de mi padre que tomó un cristal clandestino y reemplazó el Uatch para el cuidado de mi madre. Su origen se remonta a miles de años, en el momento en que el A'amenptah (Atlantis) todavía se llamaba "Dilmun". Mi padre ni siquiera practicaba el Re'enkemet (el egipcio):
Los Sinumun (Amerindios) me consideran como su cofundador y me respetan como su guía. Pero desde hace varios años, sus opiniones difieren de la mía, en la medida que me adhiero al régimen de Dilmun, con quienes no están de acuerdo. Ellos mantienen una enemistad profunda con Dilmun, que son los orgullosos concebidos por Ninanna, la nieta de Enlil, el gran Satam de Kalam (Sumeria).  Ninmah fue enviada a Udu'idimsa (Marte) por decisión de An, y tuvo que abandonar el poder de Dilmun. Yo se lo transmití a Ninanna, porque mi querida Aset no se siente lista para asumir ese poder.
Ninanna, que ahora tiene la autoridad final sobre el santo archipiélago, desea gobernar a toda la Lu (la humanidad) en nombre de los Gina'abul. Desde entonces, los Sinumun del continente de Kaskara (Mu) están luchando por su independencia. Yo no les puedo dar apoyo directo, porque soy el fundador original de Dilmun, y apoyamos las acciones de Ninanna a regañadientes. La nieta de Enlil trata de hecho de desprenderse gradualmente de la autoridad soberana de Kalam y de mis Kuku (ancestros). Este es un momento importante en nuestra historia en Uras (Tierra), por la sencilla razón de que otra facción Gina'abul que es la nuestra, desafía abiertamente al régimen soberano de Kalam. Dilmun busca la independencia real, lo que no era posible en la época en que yo gobernaba en este reino, y mucho menos cuando Ninmah me sucedió. Aset y yo templamos a Ninanna como mejor pudimos. Los Sinumun (nativos americanos) no saben nada. Ellos no saben que su madre divina Kùkiangu'uhti ("Madre-Araña ')[[1]] no los ha abandonado y que siempre ejerce su poder y autoridad a mi lado. Kùkiangu'uhti es un status de fundador Urasiano (terrestre) que se transmite de diseñador a diseñador o de madre a hija.  Nammu fue la primera Kùkiangu'uhti ('Madre-Araña'), a continuación Ninmah le sucedió en lugar de mi hermana que había desaparecido. Hoy es mi amada Aset, revivida por mí, quien ocupa esta función.
En cualquiera de los diferentes lugares donde fueron localizados, los Sinumun experimentaron un aislamiento forzado a través del tiempo con el fin de mantener virgen su naturaleza sagrada y autónoma. Siempre mantuve la creación de los Sinumun en secreto. Mi madre y yo somos los únicos responsables. Nammu los creó inicialmente en el sistema de Adala[[2]] en los tiempos antiguos. Posteriormente fueron trasladados a Ubsu'ukkinna (la estrella Maia) en Mulmul (las Pléyades). Este fue un prototipo aplicado a una docena de individuos, que poseen un genotipo similar al de los Ukubi Ullegara (tipo Homo "colocado antes") de Uras (Tierra). Su entendimiento es famoso y más brillante que el de sus primos de la región Urasiana (terráquea) del Sinsal (Valle del Rift en África). Su pigmentación es más clara que la de sus primos Urasianos (terrestres) porque Uras está más cerca del Sol que su planeta de origen en Adala (en el sistema solar de Taygeta). Nammu y yo modificamos estos prototipos. Estos fueron revisados ​​durante nuestra corta estancia en Mulmul (las Pléyades) antes de la guerra que nos trajo a Uras (Tierra). Nosotros les inyectamos algo del material de los Nungal. Es Nammu quien lo había deseado. Como somos los diseñadores de los Nungal, tenía que pedirme permiso, y se lo di. En retrospectiva, me doy cuenta de lo mucho que mi madre conocía del material genético que se utilizó para formar a los Nungal. La sangre Babbar (albina) está vinculada a Nammu así como a Uras (la Tierra). Yo ya intuía, en la época que estábamos en Mulmul, que mi madre previó para los Sinumun un destino singular.
Evité registrar esta creación audaz en mi cristal Ugur para que no se descubra nuestro secreto. Siempre he vivido en la preocupación de perderlo o que me roben el cristal que Nammu me había confiado, y que guardé por tanto tiempo. Sólo Ninmah y ahora Aset saben la verdad sobre los Sinumun. Las aventuras que narro ahora son anteriores al regreso de mi hermana, la esposa real. Abrí mi corazón a Ninmah cuando me ayudó a recuperar a mi Amada, sobre todo cuando ella me dio los genes de mi difunta prometida. Confío en Ninmah. Ella está cansada de las conspiraciones de los Usumgal y de los Anunna y ella, a menudo en secreto, trabajó para nuestra causa. Hoy Ninmah se encuentra en Udu'idimsa (Marte) donde dirige los negocios de An. Mi creador no sabe que Ninmah no la apoya como antes, y que ella nos transmite en secreto información valiosa acerca de los asentamientos Anunna y sus trabajadores Abar.
Justo después de la funesta fase de clonación, que tenía como objetivo transformar a los Ukubi Ullegarra (especie Homo neanderthalensis), para recuperar a mis Nungal sustituyendo así su tarea en el Edin (la llanura), me aventuré en un viaje clandestino con Nisighu (el "Pajaro Azul"), mi nave tipo "lniuma" (de "larga distancia"). Yo estaba agotado y dolido por estas series de clonación. Guarde en secreto esta escapada de Ti-ama-te (el sistema solar). Fue así antes del regreso de nuestra amada Sé'et. Sólo Nammu estaba al tanto del viaje y me dio su bendición. El propósito de este viaje fuera de Ti-ama-te era el de reencontrarme con los Kadistu (planificadores) de Mulmul (las Pléyades) y pedirles asistencia; pero la voluntad de mi progenitora la santa Kùkiangu'uhti era también la de recuperar a sus hijos Sinumun y traerlos aquí con ella.
Hice reemplazarme en Kalam por mi fiel brazo derecho Sigpabnun (lsimmud), alegando un viaje a mi Abzu. Mulmul ha sido tomado por diferentes facciones Amasutum, yo no me preocupé demasiado por el resultado de este viaje. Lo más complicado de superar eran los diversos túneles atemporales y poder dejar atrás a Ti-ama-te (el sistema solar) sin problemas. El sistema de Ti-ama-te está bajo embargo por los Kadistu luego del control completo asumido por los Anunna sobre Uras. Nos es normalmente imposible dejar este maldito sistema solar. Tuve que dejar Uras usando uno de los pocos Diranna (puertas estelares) accesibles y utilizables que proporciona acceso a Mulge-Tab, el satélite de Mulge (la estrella negra). Ahora existen tres utilizables. Uno está en territorio enemigo, en Kalam, y los otros dos en las montañas. Ni siquiera puedo mencionar sus posiciones exactas en el cristal, porque me pondría en un gran riesgo. Nosotros, los que representamos la resistencia contra el régimen Usumgal-Anunna, somos los únicos que conocen su existencia. Los Anunna las buscan con obstinación, pero no los encontrarán, porque su influencia se vio disminuida por nosotros con el fin de hacerlas indetectables por cualquier dispositivo conocido.
Yo viajaba hasta Mulge-Tab con el fin de escapar de Ti-ama-te. Nisighu ("pájaro azul") tiene una tecnología diferente a la nuestra, la de los Kadistu Urmah a quienes les debo este dispositivo extraordinario. Su fuselaje alargado y azul le da un aspecto majestuoso. Este es el tipo de dispositivo que puede hacer grandes distancias en los túneles atemporales sin ninguna dificultad, y sobre todo sin el riesgo de encontrar algún objeto en los canales celestiales. Nisighu es una nave del tipo "lniuma" (''larga distancia'') que calcula la ruta con antelación.
El pasaje en el Diranna tuvo lugar en la misma forma que con nuestra Gigirlah ("rueda espumosa"); los viajes en los túneles eran sin embargo muy diferentes. La nave fue inundada con tonos vibrantes que recuerdan el arco iris, sin embargo, ningún fluido llenó la cabina. Sólo una radiación protege al ocupante de la aceleración relámpago. Esta proyección sorprendente ilumina el interior de la nave y la preserva del aumento de la presión debido a la velocidad.
Mi viaje se efectuó pacíficamente. Mi identidad me fue solicitada en repetidas ocasiones cuando salí de Ti-ama-te, por diferentes Kadistu (planificadores) que no se presentaron. Mi destino me fue igualmente reconocido.
Mi llegada a la nube de gas formada por las estrellas gigantes de Mulmul (las Pléyades) me dio una sensación extraña. Las relaciones políticas no son en absoluto las mismas que en el momento de la creación de los Anunna. Ahora, el orden Kadistu reina sobre Mulmul y las Amasutum recuperaron el control de todo Ubsu'ukkinna (la estrella Maia). La locura bélica del pequeño grupo de los Usumgal y sus Anunna sólo les dio la oportunidad de robar Ti-ama-te y de derrotar a nuestra reina.  La monarquía Usumgal ya no es la autoridad dominante, ya sea en Mulmul (las Pléyades) o en Margid'da (la Osa Mayor). ¡Qué burla! Mis hermanos Gina'abul se dan el derecho a llevar títulos de renombre en Ti-ama-te, sin darse cuenta de que son refugiados en un mundo que no les pertenece legítimamente, y que depende originalmente de sus oponentes planificadores. Ellos debatieron y pelearon entre ellos sobre quién recibirá los favores de An. Digo y repito, mi creador es un loco, un loco y un tirano que no tiene moral. Tomando nota de que me parezco demasiado a mi progenitora, él ansiosamente codicia los buenos favores de mi Alagni Enlil. A veces me compadezco de él. A menudo me pregunto qué mano invisible me impedía que lo elimine cuando todavía había tiempo para hacerlo ...
Fui invitado a quedarme en Adhal, la ciudad donde mis Kuku (ancestros) habían establecido su dominio soberano en épocas antiguas. La puerta estelar de Adhal se mantuvo claramente en un vórtice estratégico para el planeta Dukú. La última vez que contemplé esta ciudad, estaba bajo el fuego de las fuerzas de nuestra Reina Tiamata. Todo ha sido reconstruido desde entonces. Este regreso aquí fue muy emocionante para mí. En la superficie había un calor insoportable. Las oficiales se presentaron a mí: cuatro Amasutum con tejidos ligeros y tules adornadas con piedras brillantes, y dos hombres con aires femeninos, más o menos enjoyados. Fui invitado a unirme a la joven soberana de Duku, una tal Gabara ("pastora"), y fui invitado a seguir la pequeña nube de polvo levantado por los pies descalzos de mis anfitriones. Las nuevas paredes y la puerta monumental del palacio han sido talladas para conmemorar la victoria de los planificadores sobre la autoridad Usumgal. En un instante, pude adivinar el resultado de la batalla que se había liberado aquí. En las paredes, los Anunna, los Miminu ("grises") y los Musgir (dragones) fueron esparcidos por el suelo, y otros, atados de pies y manos, llevados por grandes naves. Además, las naves de carga se dirigieron rumbo a un sistema con tres soles que parecía ser el de Sipazianna (Orión), el hogar de los felinos Urmah y las sobrevivientes Amasutum de la Gran Guerra. En una esquina del mural, observé a unos Gina'abul aparentemente abandonados, que parecían estar en un período de Gibil'ltisu (renovación de la piel). La luz del sol se reflejaba en su piel y deduje que eran mis Nungal. La tropa se dirige súbitamente al Abzu de Duku hacia un grupo de tipo humanoide.
El palacio de la reina tenía la forma de una pirámide que tenía amurada filas de terrazas con flores abundantes y fragantes. Este tipo de disposición me recuerda algunos templos y mansiones de Salim. Hice mi reverencia a la soberana de Dukú que estaba sentada encima de un palco real. La Nin (sacerdotisa) descendió de su trono y me invitó a dar un paseo con ella. Hizo un gesto a sus guardias para que nos dejen en paz. La reina Gabara tenía el cuerpo moldeado en una funda blanca. Sobre su fina frente tenía una diadema de plata y su cuerpo estaba adornado con brillantes joyas. El pelo de su peluca estaba trenzado con hilos de plata.
- ¿Qué haces aquí, hijo? me preguntó con una mirada amable. Tu eres Sa'am, el Nitahlam (amante) de Nammu?
- Es una historia demasiado larga para contar, ya no soy el Nitahlam (amante) de Mamitu-Nammu, pero soy su hijo. Desde que me he casado con su seguidora, Sé'et ...
- ¿Qué me estás contando, te casaste con la hija de Nammu, tu hermana? Eso es singular y no se ha practicado durante mucho tiempo entre nosotros. Esto me recuerda la historia de Saran ("totalidad del cielo") y Asme ("esplendor"), los amantes reales y malditos contra un destino difícil. ¿No conoces este episodio que pertenece a nuestra herencia?
- No, para nada. Pero mi historia es demasiado larga y complicada, Eres (Reina) ...
- Yo solo puedo decidir si tus aventuras sonarán tediosas o no a mis oídos. Tengo todo mi tiempo. Ahora que lo he autorizado a usted a venir aquí después de un viaje tan largo, y comencé a realizar los registros de toda su asamblea, tú me compensaras mis futuros problemas, contándome las controversias que estos generan, cuéntame todo, y quiero decir todo!
Me tomó dos días completos contar mi historia a la soberana de Dukú. Al final de mi presentación, pensé que una sonrisa se planteaba en las comisuras de su boca; pero una lágrima corrió por su mejilla, y la atmosfera estaba como sobrecalentada.
- Esto es increíble, me dijo, porque tu historia realmente me recuerda a nuestros dos amantes que eran consanguíneos pertenecientes a la familia real de Dukú. Saran ("totalidad del cielo") fue destinada a convertirse en la reina de este planeta. Fue una Nin (sacerdotisa) brillante en todos los aspectos, adorada, probablemente incluso idolatrada por su familia y dedicada a un famoso destino. Pero estaba tan enamorado de su medio hermano Asme ("esplendor") que era un simple trabajador al servicio de los jardines del palacio, que ella dejó su cargo a su hermana menor. Esta última no sabía administrar las propiedades de Dukú y los problemas llovieron sobre el linaje gobernante de nuestro amado planeta, mientras que los dos amantes vivían ocultos en la opulencia, en medio de los bienes que les había dado su tía. La tía en cuestión era la madre de Asme. Ella amaba a Saran como su propia hija, y vivió una fuerte disputa con la familia real. Pero sus funciones planificadoras y los numerosos viajes que debió efectuar no le permitían asegurar que los jóvenes Nitahlam (amantes) estarían protegidos. Durante una de sus ausencias, los parientes reales declararon a Saran y a su hermano responsables del declive social que afectaba a Dukú. Esta declinación no fue tan terrible, ya que solo se debilitaba la dinastía gobernante, mientras que daba el poder al pueblo. Los dos amantes fueron perseguidos, atacados y expulsados ​​de Dukú. Hay dos versiones que difieren en cuanto al resultado de esta historia. En una versión de la leyenda, Saran y Asme logran huir a través del sistema de Gagsisá (Sirio) con la complicidad de sus protectores. Pero la otra versión, más dramática, sostiene que Asme no pudo escapar con su amada. Ella sólo podía ir a Gagsisá (Sirio). Se afirma en esta última versión que una vez llegada a su destino, la joven Saran terminó sus días con el Gírkù de su tía. Saran y Asme eran amantes celestes, cualquiera sea el resultado de esta historia, lo cierto es que se trataban de Urni (almas gemelas). Es difícil para mí decir, hijo mío, cual versión de la historia es la buena. Sin embargo tenemos una tumba no muy lejos, en una de nuestras colinas, que supuestamente contiene las cenizas del hijo de la gran Nammu, el llamado Asme.
Sin saber por qué, yo estaba totalmente absorto en esta historia.
- Mamitu-Nammu, mi madre?
-Sí, ella jamás te dijo que tenía un hijo?
-No, jamás.
-Fue un Kiristi, debido a que Nammu era una Gir ("noble que porta") de sangre Abgal. Su hijo Asme había sido enviado con su padre aquí a Dukú, porque su madre no quería exponerlo en Uras (Tierra).
- ¿Por qué el marido de Nammu no la siguió? ¿Por qué tuvo una hija con otra Nin (sacerdotisa)?
- Esta es una historia de familia, y las historias de familia siempre son complicadas, hijo.  El Abgal Enkú ("santo señor") quería iniciar una descendencia con Nammu, pero tu progenitora es una Kadistu y las funciones de planificación movilizan una gran cantidad de tiempo y energía. Nammu había esperado que su Nitahlam (amante) la siguiera, pero era diferente. Enkú aspiraba a una vida pacífica, no una vida llena de aventuras y peligros en el otro lado de la galaxia. No sabemos si Enkú traicionó la confianza de Nammu o si se separaron en buenos términos. Lo que si es que Enkù se quedó con la hermana de Nammu y tuvieron dos hijas, una fue Saran.
- La hermana de Nammu? Pero que hermana? Quién es ella?
- Ninsikila ("sacerdotisa pura"), es bajo este nombre que la conocemos. Ella es la hija de nuestra difunta Tiamata. La conducta de Saran y Asme y las revueltas que sobrevinieron obligaron a la madre de Saran a dejar la comodidad de Dukú y refugiarse con su madre Tiamata. No sabemos nada más sobre ella.
- ¿Por qué mi madre no me reveló que ella tenía una hermana? Ella misma nunca me dijo nada sobre su hijo. Esto es incomprensible!
Los ojos de la joven Gabara expresaron preocupación y su voz adquirió casi un tono de admiración.
- Por lo de su hermana, yo no lo sé, pero por su hijo, eso es otra cosa. La gran Mamitu-Nammu es conocida por todos nosotros, es una leyenda viviente. Sus pensamientos están presentes en nuestros corazones. Yo no argumentaría demasiado diciéndote que probablemente deberías considerar que eres la reencarnación de su hijo Asme.
-¿Qué la hace pensar eso?
- Es la historia que me acabas de relatar. Usted estuvo casado con Nammu. Al saber que estaba con su hijo, ella súbitamente se apartó de usted.  Mamitu en ese punto se dio cuenta de quién eras. No me digas que ella no siguió considerándote como un Kiristi, ya que ella no te dijo de tu reencarnación? No es muy honesto viniendo de una Gir como ella, pero tiene sentido si consideramos que Nammu ve en ti la reencarnación - una extensión de su hijo Asme. Ciertamente, a sus ojos eres Asme!
Me quedé de piedra por esta leyenda del Dukú. He venido aquí a pedir ayuda a los Kadistu, y lo que he recogido a cambio era una extraña leyenda que me puso incómodo. Sin embargo, no voy a dejarme aturdir por la historia de Saran y Asme, y voy a evocar el propósito de mi visita. De hecho, en lo concerniente a mi fatídica petición a Gabara, mi anfitriona real me hizo entender que no podría traer alivio y despachar portadores de la luz: "Usted es dueño de sus propios Kadistu en Ti-ama-te (el sistema solar) y en Uras (Tierra), las Ama'argi y sus Nungal. Además, es posible que los Kadistu de Mulge puedan serle de gran ayuda”.
Yo no estaba muy entusiasmado por su respuesta, y Gabara lo noto enseguida. Ella sólo sigue un protocolo que tuvo que ser resuelto antes de mi llegada. Ella sabía como yo que esta decisión no era justa. La soberana me miró fijamente con sus grandes ojos redondos, como si quisiera animarme a que le pidiera una compensación.
- Yo también vine aquí a llevarme conmigo a la familia de los Sinumun ("descendientes de luz"), que pertenecen a Nammu. La santa Kùkiangu'uhti quiere recuperar a sus hijos y hacerlos prosperar en Uras.
- Concedido! Estos seres y todos sus genes pertenecen a Uras, es natural que vuelvan a su planeta junto a sus hermanos Ukubi (género Homo). Se les trata bien, como deseaba Nammu. No les falta nada.  La familia Sinumun se ha multiplicado desde su salida de Dukú. Ellos son ahora casi treinta parejas con sus hijos.
-Yo quería solicitarles que me permitan descender a las cuevas que entrecruzan su ciudad y entran en las regiones que unen lo superior e inferior, en lo que llaman el Duat.
- ¿Qué deseas hacer en este lugar sagrado, hijo mío? No estoy segura de que puedas acceder a esa petición...  Si mis consejeros supieran...
-Yo ya he penetrado en este lugar con Nammu y nuestros Nungal cuando huimos de los combates. En calidad de hijo de la santísima, creí tener el derecho a circular por este lugar como lo vea conveniente.
- Sin duda, sin duda, dijo molesta, te concedo ese derecho, pero debes ser rápido, porque tu partida no debe prolongarse por mucho tiempo. Yo no puedo seguir aquí más tiempo. No voy a ser capaz de acompañarte, pero iras con escolta.
La soberana de Dukú golpeó las manos y le pidió a su subordinada que me conduzca hacia el Duat con algunos de sus guardias. "Estarás bajo guardia, me dijo. Haz lo que tengas que hacer. Nosotras te devolveremos a los Sinumun, pero vuelve rápidamente hacia tu tierra de asilo, donde tu destino ha guiado tus pasos. No puedo hacer nada más por ti". Le di las gracias y le dije que ya había hecho mucho. Finalmente añadió con una amplia sonrisa que no olvide recordarle a mi ancestro, Ansar, que el ya no era el dueño de Dukú.
Me despedí de mi anfitriona y fui entregado a los ojos curiosos de las sacerdotisas que me llevaron a los sótanos sagrados de la ciudad de Adhal. Nos introducimos en el subterráneo debajo del palacio. Una vez en el secreto Duat, empecé a buscar por todas partes la tumba de este Kadistu, objeto de atención de las Amasutum. Mi madre me comentó sobre este Asme durante nuestro viaje a través de estas mismas cuevas.[[3]] Su historia volvió a mí como un eco lejano.  Mi escolta femenina preguntó acerca de mis motivos. La súbdita de la soberana me interrogó:
- Por la Fuente, qué estás haciendo, En (señor); Por qué quieres ver la tumba sagrada?
- ¿Qué sabe usted de esta tumba y su ocupante?
- Nada que tú necesites saber, extranjero.
-Yo no soy un extranjero, soy el hijo de la gran Mamitu Nammu. Mi progenitora siempre me ha reiterado que lo que yo tenía que aprender, lo descubriría por mí mismo. Si los misterios que están relacionados con Nammu están en estos refugios subterráneos, tengo que descubrirlos, con o sin su ayuda. Tengo la bendición de su reina. Por el contrario, si usted no coopera, es posible que se retrase mi partida y su soberana se lo reproche. Todo depende de usted.
La mirada de la súbdita persistía en mi cara, como queriendo penetrar profundamente en mi interior. Después de un tiempo que pareció interminable, ella respondió en un tono neutro que ocultaba sus pensamientos: "Si está seguro de que su elección no creará ni resentimiento o arrepentimiento, entonces nos seguirá". Asentí con la cabeza y seguí al grupo que me llevó a través de túneles interminables.
- Hubo un tiempo en que se desarrollaron aquí ritos de paso y la iniciación al conocimiento del alma, me dijo ella. Todo se detuvo el día en que se celebró el regreso de los Kadistu a su lugar de origen.
-¿Por qué? El rito no se realiza como antes?
- No, todo estaba bien por lo que sé, pero este ritual no habría tenido lugar sin el acuerdo de Nammu. Aquí, Enki, esto es lo que usted busca.
La sacerdotisa me señaló una cuenca en donde estaba sumergida una pesada tumba tallada en piedra negra. Caminé alrededor. No me sentía cómodo y mi cabeza empezó a dar vueltas. Fui presa de una crisis repentina de Buluhur (espasmos). No percibí ninguna inscripción visible por fuera, me preparé para bucear, pero la súbdita me detuvo bruscamente:
- No hay necesidad de que se moje en vano. Voy a pasar el hecho de que está prohibido nadar en estas aguas, pero sabemos que no hay ninguna inscripción. Son los hombres quienes escriben sobre sus monumentos. Nosotras, no lo hacemos casi nunca...
- Entonces ¿Vas a decirme quién es?
Al verla de nuevo vacilar, le recordé que tenía la bendición de mi madre y la de su soberana. Un pánico frío se apoderó de ella y se arrodilló implorando mi indulgencia. Toda la escolta hizo lo mismo.
- Perdón, En, imploramos su misericordia por el mal causado a su santa madre.
Yo estaba absorbido por esta trama que se me revelaba poco a poco.
- Por la Fuente, de qué me estás hablando?
- Estas son las cenizas del hijo de Nammu, las de tu hermano, que están en esta tumba. Preferimos recordar esta historia como la de un acontecimiento lejano, o incluso una pesadilla; pero no es tan remota como eso. Asme, hijo de Nammu, fue un Kiristi de pura cepa, un Kadistu cuyo destino se mostraba prometedor. Él estaba protegido por su padre, pero a su nueva esposa, Ninsikila, que era la soberana de Duku, no le gustaba el hijo de Nammu. Ella lo veía como un agitador y un oponente de sus mandatos divinos. Asme reprochó a su tía por favorecer a la nobleza a expensas de los trabajadores varones, que trabajaban duro para el sistema despótico de la reina Ninsikila. Ninsikila hizo perseguir a los dos amantes como los hombres suelen hacer con algunos Adam (animales). Saran y Asme querían huir de Dukú. Saran logró escapar en un Gigirlah, pero su Nitahlam (amante) fue asesinado en la colina que tú conoces, cuando él intentaba embarcarse en la nave. El guardia de la soberana recogió el cuerpo del hijo de Nammu. En su ira, Ninsikila colocó los restos en la montaña y lo sometió al ritual de las puertas de la luz, que envía a una esencia a su lugar de origen celestial. Una vez que el ritual terminó, se quemó el cuerpo de Asme, de nuevo sin el permiso de su madre Nammu. Así, gracias a estos dos protocolos Amasutum, Ninsikila ha bloqueado irrevocablemente la oportunidad de enviar el alma de tu hermano hacia Gagsisá (Sirio). Estas acciones maliciosas también han eliminado toda esperanza a Nammu de poder recrear el cuerpo de su hijo e implantarle su espíritu inicial.
En el momento de esta conversación, yo todavía no sabía el verdadero funcionamiento de las Unir (Pirámides) o montañas sagradas como la de la ciudad de Adhal, pero vagamente entendí su uso. Existen dos procedimientos. El primero es la puerta de la luz, que permite enviar un ser o alma a un lugar determinado. Es un viaje que tiene lugar más allá del horizonte de sucesos. El segundo es el ritual de la luz del horizonte-temporal, que a veces se utiliza para calificar una Unir (pirámide)-que reencarna un fallecido perfectamente identificado.
Yo también estaba lejos de sospechar, en esa reunión, que los genes de mi amada habían sobrevivido a la batalla de Dukú, y que fueron precisamente estos y el uso de una Unir (pirámide) que, mucho más tarde, me traerían a Sé'et como Aset. Pero tuve el reflejo de preguntar a la súbdita de la reina Gabara qué había sido de los genes de Asme, sabiendo que cada gen Gina'abul se deposita constantemente en la gran biblioteca de nuestro patrimonio genético de la ciudad de Ankida, en el planeta Nalulkára del sistema de Margid'da (la Osa Mayor). La respuesta de la súbdita real fue categórica:
- Ninsikila suprimió los genes del hijo de Nammu de la biblioteca. Ella lo hizo cuando tuvo que dejar Ubsu'ukkinna (estrella Maia en las Pléyades) para refugiarse en Margid'da con su madre Tiamata. Ella tomó la oportunidad de llevarse con ella la biblioteca, que terminó en Margid'da (Osa Mayor). Nammu nunca podría resucitar a su hijo! De estos eventos surgió una terrible pelea entre tu madre y su hermana Ninsikila.
- ¿Y qué pasó con Ninsikila? Yo no la conozco en absoluto.
- Nadie los sabe, hijo mío. Tiamata probablemente la envió a un sistema remoto para salvarla de la ira de Nammu. Usted debe preguntárselo a su madre. Ya conocemos su furia de cuando enfrento a su hermana. Eso fue suficiente! Así que, en honor a Nammu, hemos eliminado el nombre de Ninsikila de nuestros anales. Sólo nuestra memoria mantiene su recuerdo!
- De cualquier manera, que fue del padre Abgal de Saran y Asme, el llamado Enkú?
- A nuestro entender, regresó a Gagsisá (Sirio). Las revueltas de Dukú y la desaparición de sus dos hijos lo separaron para siempre de Ninsikila y de Mulmul (las Pléyades).
Yo estaba conmovido por esta historia. Ya no tenía ninguna pregunta. Tengo la sensación de haber sido este Asme, pero no tengo ninguna prueba. Esta impresión que aun siento me molesta porque, a mi regreso, no tendría más información sobre esta historia de mi madre. Sin embargo, yo le pedí detalles acerca de su hermana Ninsikila, pero ella me respondió que tenía mejores cosas que hacer en Kankala (África) como para escarbar un pasado remoto que no tenía nada que ver con nuestras actividades en Uras.
En mi estadía en Dukú, finalizada mi visita al Dual, fui invitado a reunirme con los famosos Sinumun (futuros nativos americanos). Tome vuelo con mi Nisighu ("Pájaro azul") para una reunión en el Abzu de Duku.  Los Sinumun efectivamente se habían multiplicado desde la última vez que me había reunido con ellos junto a mi madre, en los días en los que les habíamos inyectado sus genes Nungal. Esta iniciativa singular tiene sentido cuando se sabe que la sangre Babbar (albino) está vinculada a Nammu, así como a Uras (Tierra). Presintiendo probablemente el embrollo político al que estaríamos sometimos gradualmente en el momento de la creación de los Anunna, mi progenitora sin duda quería involucrar a los Sinumun a la ciudad celestial, donde ella trabaja desde tiempos inmemoriales en nombre de Tiamata y de los Kadistu. Ella ya preveía, en su momento, deportarlos a Uras. No hay duda de que ella no había imaginado que la revuelta de los que habían hecho la guerra a nuestra reina Tiamata terminaría en Ti-ama-te (el sistema solar). Es así que el trabajo genético de Nammu, al cual estuve involuntariamente asociado, ha dado lugar a complicaciones inesperadas justo antes de mi partida de Dukú...
Los ancianos Sinumun me reconocieron como su Mas[[4]] y consorte de la gran Kùkiangu'uhti ("Madre-Araña'), su creadora. Su partida hacia Uras en mi compañía les había sido anunciada por la soberana de Dukú; pero sus protectores no ven esto con buen ojo. Estos últimos son miembros de Mulmul (las Pléyades) que forman una comunidad Kadistu (planificadores) llamada "Kasin" o "Kassin'a",[[5]] cuyo objetivo es guiar a los diferentes Ukubi (género Homo) de mi madre. Entre ellos se encuentran los Nungal que habían huido de la batalla de Mulmul (las Pléyades) y los Sukkal con forma de pájaro. Fue mi progenitora la que había constituido esta comunidad mucho antes de la creación de los Anunna. Ella nunca me había expresado esto. Nammu es muy secreta en muchas áreas y claramente prefiere que descubra sus secretos por mí mismo…
Nuestra salida a bordo del Nisighu ('pájaro azul') se retrasó por la inesperada razón de que los miembros de Kasin'a ("mensajeros de la diosa") no querían dar por terminado su misión vital y abandonar a los Sinumun en manos de los "depredadores" que estaban en Uras (Tierra). Un consejo extraordinario fue ordenado por la soberana Gabara. Fui invitado a recorrer los opulentos palacios reales por el tiempo que duró la negociación. Los diferentes miembros de la comunidad Kasin'a fueron convocadas para presentar sus reclamos. Después de un acalorado debate de varios Danna (horas), finalmente se decidió que la corporación Kasin'a mantendría un estrecho contacto con los Sinumun y que iban a viajar a Uras tantas veces como pudieran. Al mismo tiempo, se me preguntó si quería recuperar a mis Nungal sobrevivientes. Varios miembros Nungal se presentaron en la gran sala del consejo decorada con turquesas y mármol. Estaban allí, parados cerca de una columna imponente. Sus rostros eran serios y obviamente preocupados. Les respondí con calma que estarían mejor aquí, en Dukú, y que eran bienvenidos en Uras como miembros de Kasin'a.  Mi decisión levantó muchos elogios y aplausos en todo el consejo. Gabara se puso de pie, totalmente desgastada, el tono cortés y diplomático que había usado hasta ahora cambió de repente:
- Bien hecho, Mas'su-Enki!  Usted finalmente consiguió sus Kadistu (planificadores). Pero nos aseguraremos de que sus movimientos se limiten a la misión educativa de los Sinumun. Los Kasin'a no deben en ningún caso frecuentar a los Urasianos (terrestres) y aún menos a inmiscuirse en sus historias. ¿Entendido?
- Absolutamente, gran Eres, le contesté sarcásticamente.
- Vete ahora mismo!
- Nosotros partiremos...
Después de estas últimas palabras un tanto exacerbadas por la decisión del consejo, el colectivo Sinumun se embarcó conmigo en mi Nisighu ("pájaro azul") y dejamos atrás Dukú y Mulmul (las Pléyades) para siempre. [[6]]
Y así como los Ukubi de Nammu, los bautizados Sinumun, se reunieron en Uras. Nosotros los mantuvimos el mayor tiempo posible en secreto, a los ojos de nuestros oponentes, este proyecto genético. Los cambiamos de ubicación varias veces a petición de mi madre. A menudo se quedaron en el Abzu. El colectivo de planificadores Kasin'a vela por ellos. Los Kasin'a están ligados a los Sinumun, viajan periódicamente entre los sistemas estelares de Mulmul (las Pléyades) y Ti-ama-te (el sistema solar), sin contacto directo con nosotros.
Ni siquiera mi Ugur, mi cristal, nunca tuvo conocimiento del pueblo de los Sinumun. Siempre he sido cuidadoso con la información que he depositado en él. Ugur tiene una historia cargada por los años y los hechos. Este cristal de roca tallado en forma de cilindro tuvo que tomar la vida de muchos seres durante su larga vida. Nunca olvidaré que Saran se eliminó con él...  Desde que reviví a Sé'et en Mulge-Tab (satélite de la estrella negra), dejé de usar gradualmente a Ugur para que mi amada no tuviera contacto con él. Si soy la reencarnación de Asme, Sé'et es la reencarnación de Saran. Hoy entiendo el silencio de Nammu y su voluntad de deshacerse de Ugur, el "cristal maldito", como ella le llama. Saran probablemente ha terminado sus días bajo los ojos horrorizados de mi progenitora, esta última no se separó desde ese momento de su cristal. La historia de Saran y Asme no aparece en Ugur. Todos los elementos de esta historia debieron ser borrados de su memoria por el cuidado de mi madre. No hay datos, no hay imagen, no hay nada...
A veces siento que Ugur ruge en silencio. Emana de él algo terrible y opresivo. Era mi confidente eterno y no lo voy a olvidarlo. Ugur también transmite mis penas y dudas. El portarlo me pesa mucho, es por eso que no lo utilice más desde que Sé'et volvió a mí. Mi esposa lo guarda en una bóveda en algún lugar de su apartamento en Dilmun o en el Gigal subterráneo, donde mi amada descansa a veces, lejos de los ojos y las maquinaciones de los enemigos.
Después de leer este largo pasaje, fui a estirar las piernas y por encima de todo a despejar mi cabeza. Yo estaba enojado con mi padre! Busqué a Djehuti (Thoth) para que me informe sobre algunos detalles. Me dijeron que estaba trabajando en el exterior de Bit-Ra-Hem (la Gran Pirámide), tal vez en la parte superior. Los guardias me aconsejaron no salir, el terreno estaba inundado. Salí secretamente de nuestros subterráneos por el cobertizo donde se encuentra mi nave y bajé la colina. Un bote me estaba esperando abajo. A veces salgo a escondidas a recorrer nuestros dominios a remo. Me gusta atracar a lo largo de una colina y escuchar a los pájaros Bulbul silbando en el viento. Realmente aprecio su canto y su ballet aéreo, no me cansa nunca.
Saqué el barco al líquido elemento y me dirigí a la impresionante máquina que me dio nacimiento. Los arboles estaban bajo el agua. Más abajo, a los pies de nuestra plataforma, sólo la parte superior de miles de árboles sobresalían sobre la enorme masa líquida.
El puente de Bit-Ra-Hem actualmente se ha perdido. Lo crucé y me fui a través de la hendidura que recorre toda la longitud del edificio. Al llegar al final de un lado, accedí a una de las escaleras que conducen a la parte superior de la Merakhti. En la parte superior, encontré a Djehuti vestido con un traje blanco que le cubría de pies a cabeza. Él estaba ocupado con la piedra Benben.
- ¿Qué estás haciendo aquí, Heru?
- Ah, Djehuti (Thoth).   Perdóname, no quiero molestarte.
- Que dices, tu no me inoportunas nunca! Tén, colócate esto para tus ojos.
Djehuti me dio un par de anteojos. La piedra de nuestra Mer (pirámide) es peligrosa, su parpadeo puede molestar la vista.
- No te preocupes, reanudó Djehuti, no te expones a ningún problema si no la tocas y no la frecuentas por demasiado tiempo. Pero dudo que sea una buena idea que estás aquí.
- Me arriesgo a algo?
- No lo sé. Casi he terminado de todos modos.
- Tú lo sabes todo, habitualmente...
- Tu caso es particular; espera, voy a explicarte la razón.
- Subí aquí con mi madre cuando era pequeño.
- Sí, lo sé.  Ella había querido mostrarte el fragmento de A'akhet (la colina del horizonte: Mulge). Espera un segundo, tengo que comprobar un detalle... No te aproximes al Arit (el ojo) ... Retrocede un poco...
Djehuti tenía una pequeña caja en sus manos. Él la apretó y la piedra empezó a crepitar ligeramente como lo hace un leño en la hoguera.
- Aset me había dicho que no hay que tocarlo, reanudé. Que esta piedra no era buena para mí.
- Ella estaba en lo cierto al señalarte eso. El Benbén tiene un poder prodigioso, y más aún desde que fue colocado en la Bit-Ra-Hem. Varias fuerzas diferentes entran en acción en la cumbre. También es importante no tocarla cuando le pega el sol, se pone extremadamente caliente.
Djehuti comprueba la radiación de Benben que también llamamos Arit (el ojo).
- ¿Por qué llamamos el Benben "Arit"(ojo)?
- Debido a que se trata de una antena fuertemente magnética. Una antena capaz de escanear el éter y el cosmos. Es un ojo magnético.
- Tú me enseñaste que la Benben está en resonancia con A'akhet, el antiguo planeta de los Kadistu. Y también has dicho que la Benben había servido para captar mi esencia para que yo pueda encarnar dentro de la Mer (pirámide). Entonces, para qué sirve este fragmento hoy?
- Aquí es a donde quería llegar, y hay mucho que decir, mi joven alumno. Estoy encantado de que me hagas esa pregunta. Estamos en presencia de una acción-reacción. Para resumir, voy a recordarte lo que ya sabes: Asar fue abatido en la misma época que A'akhet. Sus destinos son idénticos, tanto a uno como al otro les destrozaron su estructura individual por la misma razón y por las mismas personas: Enlil-Setes y los Anunnaki. Ahora nuestro sistema planetario está roto, como nuestra estructura de gobierno en el País de la Luz. Nuestros enemigos han causado una mutación dentro de nuestro sistema solar, tal como han desequilibrado nuestro funcionamiento político y nuestra cohesión social. La explosión de A'akhet expulsó su luna, el Benu Celestial (Fénix) que nosotros llamamos "Arit-kheru" (el ojo de los sonidos).[[7]] El Benu vino de la zona celestial y caótica del gran combate, el dominio donde los Neteru (dioses) murieron en la explosión, todo al igual que tu regresa del reino de los muertos que está más allá de nuestras percepciones. Comprendes? El Benu produjo la reacción, de la misma manera que tú estás aquí para restablecer el equilibrio roto. El ojo solar Benu terminará su camino cuando el tuyo se haya completado. Todo tu ser soporta esta influencia planetaria excepcional, este eco insólito. A'akhet, el Benu, Asar y tú, forman un solo principio que se ha roto, y debe ser reparado. Es una tarea de enormes proporciones que no se puede lograr completamente solo, por lo que necesitas nuestro apoyo; y es importante que nos escuches, a tu madre y a mí en particular.
Djehuti se levantó con un aire concentrado.
- Listo, ya está hecho.
- ¿Por qué trabajamos en esta roca, debemos utilizar la santa Mer (pirámide) pronto?
- Tenemos varios proyectos para ella. Recientemente, le he asignado una misión especial a nuestra Mer y su piedra negra: la de regular nuestro clima; ya está funcionando.
- Hay un olor extraño aquí que tengo la impresión de conocer...
- Es el olor específico de Benben y de sus piedras negras.
- ¿Qué más produce el Benben?
- Esta piedra estimula la percepción de Altas Vibraciones. Ella trae una gran profundidad a la expansión de la conciencia y el acceso al espacio, sobre todo hacia el lugar de la tragedia. Es por eso que se coloca en la cumbre. El Benbén nos ayudará a corregir lo que se ha roto. Te hizo volver de sucesos más allá del horizonte, como también nos ayudará a localizar el Benu (Fénix), porque el Benben también nos sirve aquí en Nashareth para rastrear el Benu. Nosotros también buscamos su eco en el firmamento. Cada estación de investigación, tales como la de Serkit (Ninmah) en Iginim (región alta) [[8]] o los otros vigilantes en Kurama (Goreme/Turquía) poseen fragmentos de A'akhet traídos por Arit-kheru-Benu (el ojo de los sonidos - Fénix). Por eso he dicho que el Benben es una antena, un ojo magnético. Pero, yo ya hablé... Tu viniste a verme por algo específico?
-Ya no lo recuerdo. Pero no era importante... Nuestra conversación me hizo mucho bien ...
Me desperté en mi despacho. Aset estaba a mi lado. ¿Qué me había ocurrido? No me acuerdo de nada, ni siquiera después de mi fascinante conversación con Djehuti (Thot). Mi madre me informó que mi conversación fue interrumpida porque me había desmayado en la plataforma de Bit-Ra-Hem. Djehuti me tuvo que descender sobre su espalda. "Que me sucedió?" Le pregunté. Meri tenía como una ligera sonrisa y me dijo que acercarse a Benben era peligroso, sobre todo para mí. "En el futuro, debes escucharme un poco más, joven tonto", añadió con cariño. En el fondo de la sala, detrás de la pesada puerta, se oyeron gemidos y quejas.
-¿Qué es ese ruido? Le pregunté.
- Son tus tres hijas de la alegría, me dijo Aset, les prohibí entrar. Hice bien ¿no?
Salté de la cama, alarmado...
- ¿Qué quieren?
Mi madre se echó a reír de buen corazón:
- Tu magnetismo personal no deja de asombrarme; se preocupan por tu augusta persona. Es un tipo de competencia: a ver quién se lamenta más por ti. No hago ningún pronóstico, son las tres excelentes...
- ¿Qué puedo hacer? Ellas me aburren, madre! Continúan reclamándome noche y día.
- Noche y día? Es por ello que tus visitas son cada vez más raras. Sus labios son tan dulces y sus muslos tan tiernos hasta el punto de abandonarme, a mí, la Reina del Trono?
- No es cierto, no he tenido relaciones con ninguna de ellas. Aset estaba molesta. Ella generosamente deseaba recompensarme con su indiferencia al respecto. Pero es simplemente imposible ocultarme sus sentimientos. Sus ojos ardían:
- ¿Y entonces?
- Entonces nada. Ellas me aburren!
- ¿Ya? Es perfecto, te sugiero que las devuelvas a tiempo a Aset-Je (Dendera).
- Ese no sería un buen cálculo. Puesto que ellas son de Nashareth, tu hermana me maldijo con una paz soberana.
- ¿Qué, también? Imposible, ella está constantemente vigilada y monitoreada.
- Eso no le impide a veces circular cuando considere oportuno.
- Que ha hecho, esta inoportuna?
Aset había empezado a pasearse por la habitación. Los tacones de sus zapatos golpeaban el pavimento con insistencia.
- Nada, por ahora, respondí...
- Desdichado, vas a hacer que me vuelva loca... Tú lo has ganado! Quédate con tus putas, y yo me ocupare de Nebet-Hut (Neftis), me contestó Meri, molesta. Pero no vengas llorando a mí cuando no sepas qué hacer!
- Te encuentro muy segura en este punto. Tal vez mi reina es una de ellas...
Aset levantó sus cejas, divertida, y tomó aire rígido. Ella me señalo hacia la puerta, detrás de la cual se desató un rugido ensordecedor. Los gemidos se habían convertido en gritos llorosos.
- Dudo que la Reina de Kemet este aquí. A menos que quieras hacer de nuestro país el hazmerreír del mundo!
Meri me dejó con un paso noble. Ella abrió la pesada puerta con un gesto majestuoso y lanzó a tres sacerdotisas secamente: "Ustedes pueden entrar. Está lleno de vigor y esperando con impaciencia." Las concubinas se lanzaron sobre mí y elogiaron con vocablos de admiración. En el mismo instante, Sasha y Udja, las dos tigres de Meri - con quienes había crecido - salieron detrás de mi cama rugiendo con fuerza. Las tres sacerdotisas huyeron a toda velocidad para diversión de Aset, que se había quedado en la puerta. Mi madre apenas podía contener su risa:
- En nuestras tierras del sur (África), habrían ganado el trofeo de la carrera de gacela, lanzó en tono burlón.
Con una mirada que controló su pasión imperiosa, Aset invitó a sus dos gatos a unírsele. Mis dos hermanas tigresas la siguieron en el acto.
-En definitiva, no hay nada mejor que el amor desinteresado de un animal, dijo finalmente. Las dos hermanas son de la misma opinión que yo. Te dejo en tus lecturas. Pero no se te olvide que ni el cristal, ni Djehuti, ni yo tenemos las respuestas a tus preguntas. Sólo tú tienes la información que buscas, y está en ti, en tu corazón.
Meri había ganado, pero he entendido desde hace tiempo que es inútil contradecirla. Aset se pone así solo cuando está confiada, que es casi todo el tiempo. Ella hizo lo mismo a regañadientes, porque ella sabe que tengo que aprender por mí mismo. Djehuti tiene razón, tengo la sensación de estar roto y que debo ser "reparado" al mismo tiempo que debo restablecer la paz y el honor de mis padres, para restablecer un clima de entendimiento entre los diferentes clanes.
Mi madre es un cristal abierto, y esto es una impresión inquietante. A pesar de nuestras diferencias, tengo la sensación de verme en el espejo cuando la contemplo. Es una sensación extraña.




[1] Recordemos la nota 48 del Volumen 1. Este término se encuentra en la lengua de los indios Hopi de Arizona como Kohkyangwwuhti (litt. "Madre-Araña"). Se descompone en sumerio como KÚ-KI-AN-GU7-ÚH-TI, "la santa de los Cielos y de la Tierra, la enfermera de saliva vigorizante." Vimos en El Secreto de las Estrellas Oscuras como al símbolo de la araña es uno de los más importantes de la Tierra y que designa a la Diosa Madre. Marcel Griaule y Germaine Dieterlen notan en su libro El Zorro Pálido (Instituto de Etnología, Museo del Hombre, París, 1965, p 215 a 216.), que por el retraso de volver al cielo, la araña [sin duda Ninmah en nuestra historia] se vio obligada a permanecer en la Tierra y a asociarse con la palabra de Ogo (Zorro Pálido), que es el doble dogon de Enlil. Esta parábola se llama "parábola seca o incompleta" contraria a la palabra enseñada por los Nommos, que se describen como "la parábola del agua o parábola completa." Los autores afirman por otra parte: "Y cuando Ogo, transformado en el Zorro e incapaz de expresarse oralmente "hablará" con sus patas en las mesas de adivinación, trazará una "parábola" a menudo incompleta y falsa." Hemos explorado este tema en el Volumen 2, incluido en la nota 140.
[2] Recordemos, ADA-LA, litt. "la canción de la felicidad" en sumerio. Creo que este es el sistema llamado Taygeta en las Pléyades (Mulmul).
[3] [51]. Véase p. 402 del Volumen 1 de las Crónicas (Editorial Nueva Tierra).
[4] Término sumerio que expresa un príncipe o un líder. Nos encontramos con este nombre en la lengua hopi en la forma Masaw o Masa'u, que es el apodo dado al Gran Espíritu, considerado como el co-creador de la raza humana con su asociada, Kohkyangwwuhti (Madre Araña). Entre los Hopi, Masaw es también el amo del inframundo, al igual que Enki y Osiris.
[5] En la lengua proto-sumeria (lengua matriz): KAS ("visitante" "extranjero", "mensajero", "viajero", "viajar rápido"); IN5 ("dama", "soberana") si KAS4-IN5, "los visitantes de la soberana (= de la Diosa-Madre Nammu)," o "mensajeros de la soberana". De este término deriva probablemente el nombre Hopi Kachine o Kachina, "iniciado estimado de alto rango", que designa al colectivo extraterrestre de las Pléyades que se encarga de velar por el pueblo Hopi. Estos seres divinos son muy importantes en sus tradiciones. Para ellos, sus dioses y protectores vienen de esta región del cielo, que es también la de su origen.
[6] Las tradiciones de los Hopi de Arizona incluyen una versión que sus ancestros provienen de las Pléyades (Siete Hermanas). Ellos fueron transportados por el Gran Espíritu volando a bordo de un águila llamada "Enki". De acuerdo con esta versión, Enki y sus hijos celestiales descendieron de las Pléyades (KAS4-IN5 en sumerio o "mensajeros del soberano"), eran benefactores de la humanidad que trajeron los conocimientos y la capacidad de volar a través de Patoowa, los "escudos voladores".
[7] Arit-Kheru o Yret-Kheru (el ojo de los sonidos) es el nombre egipcio del futuro Venus antes de tomas su su lugar actual en el sistema solar. En el volumen anterior (carpeta Neb-Heru), hemos estudiado los diferentes aspectos del perjudicial cuerpo celeste encontrado en antiguos textos funerarios, que mostraron que los faraones encarnaban a Neb-Heru (el señor Horus) en calidad de Estrella de la mañana y de la tarde. El objetivo era restaurar el cuerpo roto de Osiris en el cielo (el cinturón de asteroides) para reequilibrar el pasado y el presente. No se habla aquí de la Estrella de la Mañana (Venus), sino del planeta aullante que destruyó el sistema solar. Encontramos rastros de Arit-Kheru (el ojo de los sonidos), o el ojo de Horus, en diferentes textos egipcios. La historia cuenta que durante la terrible batalla entre Horus, el anciano, (Ra) y Seth, este arrancó el ojo izquierdo del hijo de Nut (Nammu). En los textos funerarios egipcios, el ojo arrancado de Horus, el anciano, denota claramente dentro de la misma temática el cuerpo desmembrado de Osiris, lo que confirma la estrecha relación entre el Fénix (el ojo de sonido / Mulge-Tab) y la colina primordial que explotó (A'akhet / Mulge) que estaba entre Marte y Júpiter. El ataque que causó la muerte de Osiris también estuvo cerca de quien ha sido Horus el anciano en su combate estelar contra Seth, que le valió perder su ojo izquierdo (la luna de la colina primordial = el Fénix ). Vamos a terminar diciendo que el jeroglífico egipcio del ojo significa "mala suerte"!
[8] IGI-NIM en sumerio ("zona alta" o "ojo de los príncipes"). Esta es el área en las montañas de Taurus habitada por los vigilantes que se encuentran en el texto de Enoc. Aquí es donde se encuentra el Monte IGIRA ("la garza" en sumerio); desglosado en IGIRA, nos da "el ojo que mide", también en sumerio. Vea el siguiente capítulo, "Revelaciones de la montaña de los Vigías".

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